SIN PAÑOS TIBIOS

Dentro o fuera de la historia

“El poder debe de ser controlado por el poder” y una oposición fuerte obliga a todo gobierno a ser más eficiente, y eso nos favorece a todos. Sobre esa base, en el marco de la actual campaña electoral, tanto debe preocupar el manejo del gobierno de los recursos públicos como el de la oposición con sus argumentos. Lo primero para que no avasalle, lo segundo para preservarla; lo primero porque la historia es muy reciente como para olvidar el famoso “quiero mi congreso” o la obsesión con el mapa morado; lo segundo, porque el camino hacia la extinción que el PLD obligó tomar al PRSC y el PRD, no debe ser el que el PRM y la FP ahora le quieran hacer transitar. Hasta que llegue el día que nuestros políticos entiendan que no es conveniente canibalizar el sistema de partidos, la democracia siempre estará en peligro.

Las elecciones de 2024 deben de ser sólo eso, no una prueba de los Juegos del Hambre. En esa lógica, la lucha por los votos debería ser sobre la base de propuestas convincentes acerca de qué hacer para mejorar la calidad de vida del dominicano, no un debate estéril en clave “yo soy mejor” o “en el pasado ustedes hicieron lo mismo”, que, al fin de cuentas, no es más que una sublimación complejos edípicos...

La crisis actual con Haití, a propósito de su decisión unilateral de construir un canal en el río Masacre, debe estar fuera de la política, porque es un tema de Estado que nos convoca en la unidad. Que desde la oposición cuestionen la declaración conjunta del 28 de mayo de 2021 como génesis problema, con el fin electoral de endosarle alguna responsabilidad a Abinader, soslaya que ni el colapso del Estado haitiano, ni el reino de terror que allí se vive, ni la construcción del ilegal canal son su responsabilidad, porque la suya es, precisamente, la que ejerce: salvaguardar la frontera y disponer de los medios que sean necesarios para preservar la paz y estabilidad.

Que los principales líderes opositores pretendan basar toda una estrategia de descalificación con fines electorales sobre la base de la parte in fine de uno de los considerandos de esa declaración, obvia que de manera detallada, precisa y categórica, 39 días más tarde (¡El 06 de julio de 2021!) el gobierno dejó inequívocamente clara su posición de rechazo al canal, algo que no sólo evidencia mala fe o reducidas capacidades de análisis (y no se sabe cuál es peor), sino también un desconocimiento general de que, puestos a elegir, los dominicanos de buena voluntad, - que son mayoría -siempre apoyarán la defensa de patria y darán la espalda a quienes trabajan en contra de ella.

En definitiva, no se trata de ganar o perder, se trata de quedar dentro o fuera de la historia.

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