Enfoques
Las dos Asia y su importancia geoestratégica global
Asia es el continente más grande y poblado del mundo, con 44.6 millones de km².
En la actualidad tiene aproximadamente 4757 millones de habitantes, la mitad de la humanidad y alberga varias de las economías más dinámicas y emergentes a nivel global.
En Asia se encuentran dos grandes bloques geopolíticos que se diferencian por sus alianzas estratégicas, intereses y perspectivas distintivas del ámbito mundial: el bloque asiático-pacífico, liderado por los Estados Unidos de América y sus socios regionales como Japón, Corea del Sur, Australia e India; y el bloque europeo asiático, liderado por China y Rusia, y que abarcan países como Corea del Norte, Irán, Turquía, Pakistán y otros socios estratégicos.
Cuando analizamos estos dos bloques representan una parte sustancial del PIB mundial. Según el Fondo Monetario Internacional en 2020 el PIB nominal de los países asiáticos pacíficos fue de unos 32 billones de dólares, y el de los países euroasiáticos 21 billones de dólares. Con respecto a la población, los países asiáticos-pacíficos suman 3,200 millones de habitantes, frente a los 2,800 millones de los países euroasiáticos. Y en términos de superficie, los países asiáticos pacíficos ocupan 37 millones de km², mientras que los países euroasiáticos abarcan unos 32 millones km².
Podemos afirmar que la competencia por la influencia y liderazgo en Asia se ha intensificado en los últimos años, entre Estados Unidos y China, que son las dos potencias mundiales más importantes a nivel global. Esta rivalidad es la razón por la cual el presidente Biden anunció en el marco de la última Cumbre del G-20 en Nueva Delhi, India, crear un corredor transcontinental que conecte a los países democráticos de Asia con Europa y África, estamos hablando de Eurafrasia, como una alternativa a la llamada Ruta de la Seda de China, que es un ambicioso proyecto de infraestructura y cooperación que abarca a más de 60 países.
El corredor transcontinental propuesto por Biden busca impulsar el comercio, la inversión, la innovación y los valores compartidos entre los países aliados de Estados Unidos, así como contrarrestar la expansión económica y política de china, la cual se ha extendido por América Latina y África.
El corredor transcontinental sería una iniciativa abierta e inclusiva, que respetaría la soberanía y la diversidad de cada país participante, y cuya finalidad es generar beneficios mutuos y equitativos a todos los participantes en este que es el más grande proyecto de alianza global. No obstante, debemos puntualizar que concretar este proyecto es un gran desafío, porque hay obstáculos que salvar en el mismo Estados Unidos y deberá convencer a sus socios regionales de que su compromiso con Asia es firme y que está dispuesto a realizar los esfuerzos necesarios. Estados Unidos deberá afianzarse en aliados confiables como Japón, que es un socio estratégico fundamental en Asia por varias razones. Japón es la tercera economía más grande del mundo y comparte con EE. UU. valores democráticos, derechos humanos y un compromiso con la paz y la seguridad internacional. Japón es un aliado importante en la región Asia-Pacífico, donde se enfrentan a desafíos comunes como la amenaza nuclear de Corea del Norte, el ascenso de China, el cambio climático, la tecnología, la educación, la cultura y el comercio.
La batalla geoestratégica entre Estados Unidos y el eje euroasiático ruso-chino, se va a intensificar por el corredor transcontinental porque amenaza los intereses y visión de la construcción de un mundo multipolar que es impulsado por estrategas como Alexander Dugin, creador de la teoría del eurasianismo y la lucha por la supremacía de Eurasia, quien en una entrevista reciente que le hizo, Marina HAKIMOVA-GATZEMEYER, publicada den Geopolitica.ru, manifiesta cito: “Siempre hemos dicho que si no construimos una civilización soberana independiente de Occidente, estaremos constantemente en una posición humillada. Occidente es un modelo racista egoísta con el que nos es imposible entendernos. Propusimos cerrarnos a Occidente o tomar de él solo lo que nos fortalece, y estar siempre listos para una guerra seria…”
En la estrategia de construcción del corredor transcontinental ferroviario y marítimo, Estados Unidos debe tener en cuenta la existencia de otros mecanismos de integración regional que necesariamente no coincidan con su agenda, como por ejemplo el BRICS, que ha ido ganando peso e influencia en el escenario global.
Hay que subrayar que Asia es un continente diverso y complejo, donde coexisten dos grandes bloques geopolíticos con distintas alianzas e intereses. El proyecto del corredor transcontinental es una iniciativa ambiciosa que tiene como objetivo reforzar el liderazgo y la presencia de Estados Unidos en Asia. Este mecanismo de integración le permitirá gestionar los conflictos en un área cada vez más sensible, que avanza en el área tecnológica, científica, conectividad digital, espacial, comercial y militar.