Escuchando el otro día el podcast "Entre Atletas", me grabé una frase que comentó un medallista olímpico y orgullo dominicano: "Llegué a perder la confianza en mí" .
Cuando escuché esa frase de tan admirable atleta, no daba crédito a lo que escuchaba, porque solo vemos las victorias y no nos detenemos a pensar que para llegar a una medalla olímpica, se necesitan muchos tropiezos y tener mucha tolerancia a la frustración, algo que no es fácil de manejar.
Es una carrera de fondo, de todos los días mantener la constancia y la responsabilidad con ellos mismos, con el equipo día tras día.
Como él mismo decía "Aprendí a no enfocarme en lo que hice mal, más bien buscar una solución para que no volviera a pasar".
Esta frase tan reflexiva desde luego es de un ganador, que deberíamos aplicar en nuestro día a día sin importar a lo que nos dedicamos, ya que todos fallamos, fracasamos, cometemos errores, porque es parte de la vida misma.
Aprender de la mentalidad de un atleta, es vivir enfocados y llevar una vida productiva, sin perder el norte y nunca rendirnos ante las adversidades, incluso aceptar que son necesarias para nuestro crecimiento personal, es madurar.
Abrazar ese fracaso para modificarlo y continuar con lo aprendido, siendo conscientesdel esfuerzo que hacemos para convertirnos en nuestra mejor versión.
Se dice rápido y fácil, medallista olímpico, de oro, plata, bronce. Que sus inicios fueron muy difíciles, incluso correr en pista de tierra, descalzo por no tener un calzado adecuado, y seguir corriendo con los pies sangrando.
Sin duda una muestra de valentía y perseverancia, de no darse por vencido.
Gracias por alzar nuestra bandera, gracias por el ejemplo que nos trasmites y enseñar que cuando sabemos lo que queremos, si nos enfocamos y trabajamos, incluso en contra de la corriente, siempre se puede.
Gracias Luguelin Santos por tu mentalidad digna de un campeón y por contagiarnos siempre de ese positivismo que muchas veces nos falta en esta batalla, llamada vida.