Panorama político
Relaciones al borde de la ruptura por cierre frontera
El cierre de la frontera terrestre, marítima y aérea con Haití degrada las relaciones de los dos países a punto de la ruptura y asesta un duro golpe al comercio bilateral, el más rentable después del que mantiene la República Dominicana con Estados Unidos, que representa mil millones en el último año.
Una nota diplomática de la Cancillería de Haití, de tono muy airado dijo ayer que “la República de Haití tiene soberanía sobre la explotación de sus recursos naturales. Al igual que la RD con la que comparte el río Masacre, tiene pleno derecho a realizar capturas (toma de agua) allí, de conformidad con el acuerdo de 1929. El gobierno de la República de Haití tomará todas las medidas para proteger los intereses del pueblo haitiano”.
Con pocas horas de diferencia, la Cancillería dominicana emitió un comunicado cronológico, muy preciso en el cual, tras detallar el historial del actual conflicto afirma: “el Gobierno dominicano reitera su posición de que la obra viola el Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, y debe detenerse inmediatamente antes de proseguir cualquier otro diálogo”.
Ayer viernes temprano entraron en vigor las medidas dispuestas por el presidente Abinader, que incluyen en cierre de las fronteras terrestre, marítima y aérea, la detención de concesiones de visados y el impedimento de entrada a tierra dominicana de nueve políticos y empresarios haitianos vinculados con la obra del Masacre. También ayer la Cancillería de Haití llamó a consultas al embajador dominicano en Puerto Príncipe, Faruk Miguel Castillo, casi seguramente para entregarle la nota publicada.
La República Dominicana impone las drásticas medidas exigiendo detener la construcción de un canal que desviaría las aguas del río Masacre entre los dos países y que, a su término, tendría uso exclusivo para el otro país. Se cree que detrás de la construcción está un grupo de empresarios haitianos.
En una situación muy grave en el país vecino en el cual su gobierno que encabeza el primer ministro Ariel Henry, se encuentra al zarandeo por bandas armadas que controlan buena parte del territorio, especialmente sectores importantes de la capital, ordenar el cierre de la obra le resulta difícil.
En una reunión de urgencia que Abinader presidió con el Consejo Nacional de Seguridad y autoridades civiles y militares concernidas con las relaciones de los dos países el miércoles, el gobernante dominicano dio un plazo hasta el jueves 14 del cursante mes para que detengan los trabajos.
El jueves a mitad del día, rodeado de los jefes militares, Abinader anunció, que desde el viernes, de no cumplirse el pedido dominicano, las fronteras quedan cerradas, lo que deja aquí a cientos de haitianos que buscaban volver a su país. El transporte de buses y el comercio cesarían.
Abinader aseguró que seguía con su plan de viajar a la ciudad de Nueva York donde pronunciará un discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Contempla también reunirse con el presidente de Kenia, William Ruto, cuyo país ha ofrecido encabezar una misión armada de pacificación de Haití.
Pedirá acción a ONU
Dadas las circunstancias del momento entre República Dominicana y Haití posiblemente el gobernante dominicano insistirá sobre la necesidad de que Naciones Unidas disponga una presencia multinacional para frenar la violencia en el país vecino e impulsar las elecciones.
Anteriormente Abinader había pedido a Haití detener los trabajos de excavación del canal que desviaría las aguas del Masacre y denunció que haitianos habían participado en la muerte de una familia dominicana y un visitante, con el propósito de robar en un pueblo fronterizo.
La medida dominicana que se dispone tras un plazo de 72 horas, que Haití no atendió, ordenaría también el cese de la expedición de visados en los consulados dominicanos, denunciados últimamente como fuentes de corrupción por el alto costo de los timbres consulares.
Las violaciones al río Masacre y las represalias dominicanas amenazan con reducir las relaciones de los dos países y dejaría en un limbo el comercio multimillonario de productos que urge Haití y a cientos de haitianos, entre ellos muchos jornaleros y estudiantes que requieren de visados para viajar.
Existe un estado de beligerancia en Haití con la presencia de bandas armadas que azotan a Puerto Príncipe, la capital y a otras ciudades. Las bandas que están bien armadas utilizan los secuestros y el pillaje contra inofensivos ciudadanos por cuya entrega reclaman rescate.
Haití cerró en 1983
En el pasado Haití ha cerrado de manera unilateral sus fronteras para el comercio, alegando tráfico ilícito de mercaderías, como hizo en 1983, durante el mandato de Jean Claude Duvalier. En esa ocasión fue una decisión del Ministerio de Finanzas. Luego revocó el cierre sin mayores informes.
Al preguntar a sus lectores en la edición digital del Listín Diario qué opinaban sobre la amenaza de Abinader de cierre total de la frontera, más del 60% de los que respondieron favorecieron la decisión, que posiblemente afectará el comercio y la construcción de torres en Santo Domingo y Santiago.
El diario Acento preguntó a sus lectores: “¿Cuánto pesarán las relaciones con Haití en las próximas elecciones?”. El 50% dijo que mucho, el 22% opinó que poco y el 27.78% afirmó que nada. La crisis entre los dos países ha motivado un creciente apoyo para Abinader, sobre todo entre los suyos. Los empresarios dominicanos de la construcción dependen fundamentalmente de la mano de obra haitiana para avanzar sus obras de concreto y varilla. La zafra de los ingenios azucareros está a punto de comenzar para el período 2023-24 y la realizan mayormente haitianos.
La decisión de Abinader añadiría un ingrediente foráneo a la situación política en la pre campaña electoral para los comicios de Congreso y municipios de febrero 2024 y las presidenciales de agosto el mismo año, en las cuales el gobernante actual busca la reelección.
Haití sufre graves problemas políticos y de orden público desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021 y ahora espera que las naciones africanas y algunas de la región caribeña consoliden una fuerza para pacificarlo y proteger las elecciones que el primer ministro Ariel Henry ha prometido organizar.
Septiembre ha sido un mes difícil en las relaciones domínico-haitianas. En septiembre de 1963, el entonces presidente dominicano, Juan Bosch, amenazó con bombardear el Palacio Nacional de Haití donde gobernaba Francois Duvalier, el padre de Jean Claude, luego de que agentes ton ton macoutes haitianos asediaron la embajada dominicana en Petionville. El bombardeo nunca se materializó. Bosch fue derrocado por las Fuerzas Armadas de RD el 25 de septiembre de ese año.
Sin embargo, en los últimos años la frontera ha sido cerrada en varias oportunidades, especialmente por lado de los dominicanos, que tienen una presión de parte de los nacionalistas y en sentido general de la derecha política radical que cree que la RD va camino a la haitianización.