El número de suicidios en el mundo ha aumentado. Podemos preguntarnos: ¿qué pasa? Consta que cada cuarenta segundos alguien pierde la vida suicidándose. Se ve que algo hay que trabajar.

Eliminar la vida no resuelve problemas. Al contrario, le complica la de otros muchos. Cada vida es un don de Dios. Hay que conservarla.

Luchemos contra el suicidio y acompañemos a quienes veamos en situaciones difíciles. Pongamos de nuestra parte y Dios estará y nos ayudará. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

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