POLÍTICA Y CULTURA

¡Vaya Diva, qué espléndida Feria del Libro!

Creo que desde algún remoto andén de la eternidad, don Julio Postigo estará sonriente y feliz, él, que labró con sus manos y su dinámica productiva los primeros escenarios gestuales de la Feria del Libro. Se evoca en el pasado evocable, aquel fragmento de tiempo de dobleces y heroísmos clandestinos diseñados en estantes y cronologías memorables, cuando los pioneros mostraron el cuerpo de la lectura, nos enseñaron a mirar a los escritores, a los próceres de la palabra, con dignidad manifiesta en ese escalafón de la cultura que gradualmente crecía en la ciudad colonial. Ahora en pleno 2023 acaba de finalizar esta magna Feria, versión moderna bajo el amparo de una política de Estado trazada por el Presidente Abinader, que fomenta la creatividad, promueve los valores estatuidos en el libro como fuente primigenia de conocimiento, en el intercambio cultural de formas y contenidos actualizados dentro de la post modernidad. Ha sido un largo recorrido desde aquella primera Comisión Permanente presidida por don Rafael Herrera, director del Listín Diario, y entre cuyos integrantes estuvieron el doctor Jorge Tenas Reyes como secretario, y, como tesorero, al propulsor de la idea, don Julio Postigo, así como integrantes del nivel de Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro Troncoso Sánchez, Julio Jaime Julia, Virgilio Hoepelman, Fabio A. Mota, Pedro René Contín Aybar y el doctor Anaiboní Guerrero Báez. Esta Feria Internacional del Libro Santo Domingo, es el primer evento gubernamental que recibe una certificación como “Marca País”. La fiesta de la cultura fue dedicada a la escritora y Premio Nacional de Literatura, Jeannette Miller, una de nuestras más brillantes escritoras e intelectuales dominicanas. Con innovaciones, con alteridad manifiesta en medio de un público masivo. Con un orden ejemplar, con una meticulosidad organizativa, esta versión ha sido un éxito cultural aireado por la Bienal Nacional de Artes Visuales, magna realización de contenido y belleza creativa. En 13 pabellones y salas se desarrollaron más de 35 actividades literarias y culturales diarias. La Feria, estuvo dedicada a Israel como país invitado. Cabe destacar que los pabellones de Identidad y Ciudadanía, Animación a la lectura y de la Imaginación son tres modernas novedades que este año ofreció la Feria, en los cuales se llevaron a cabo diversas actividades. En el Teatro Nacional estuvo situado el Pabellón Azul de la Poesía y el Pabellón de Identidad y Ciudadanía, en los que se ofrecieron charlas, ponencias y herramientas para ampliar el conocimiento. Otros espacios que atrajeron la atención del público fueron el dedicado a Cine y Literatura y la Sala de Letras, ambos en la Cinemateca Dominicana; el Pabellón del Cómic, que se ubicó en el bulevar próximo al Museo de Arte Moderno, y el Pabellón de Educación, que estuvo situado en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña. El espectáculo era hermoso, por doquier entraba público masivo, largas colas de diferentes edades colmando los espacios, pero lo más grato fue el orden, el respeto al libro como único protagonista de la historia. Sin comercio ni especulación, desbordados todos los espacios y todos los espectáculos culturales. Felicidades a la Diva, Milagros German, y a todos los que la acompañaron entre ellos Giovanny, Gamal, Carlos. Desde ahora en adelante, se puede decir que el tiempo de las Ferias del Libro se divide en dos, antes y después de esta Feria 2023, por su orden, belleza y elocuencia creativa.