Una región en problemas
Todo lo que pasa en nuestra región de alguna forma nos afecta. Sea en Centroamérica, Sudamérica, Norteamérica o el Caribe. Por ejemplo, en Ecuador acaban de asesinar al candidato presidencial Pedro Briones, del partido Revolución Ciudadana, lo que ha significado un golpe para la democracia.
En Nicaragua, la dictadura de Daniel Ortega se coloca como una de las más represiva del mundo. Su economía sigue en constate deterioro.
En Venezuela, gobernada por un dictador de pacotilla a merced de los militares, sufre una inflación de 115% a julio 2023. El Colombia se aviva una crisis política por la vinculación del Nicolas Petro, hijo del presidente de la República, acusado por sus vínculos con el narcotráfico. También el problema de la guerrilla es un asunto de nunca acabar.
De Haití hay poco que decir. Todo se resume a que es un país en guerra controlado por bandas de asesinos. El desempleo y la pobreza rondan el 70%.
En Cuba, después de 64 años de un castrismo fracasado, el gobierno continúa reprimiendo a la población, donde el hambre, el desempleo y la pobreza cubre toda la isla. Argentina no acaba de estabilizar su economía y la inflación se lo come todo mientras la pobreza sigue en aumento. La inflación a junio 2023 ya alcanza el 118% interanual.
En Perú, la crisis política generada por la destitución del presidente Pedro Castillo por un golpe de Estado congresional en el 2022, sigue latente y está teniendo efectos negativos en su economía. Las protestas de los grupos indígenas no paran.
En Honduras también se viven momentos de tensión política por el desconocimiento de la Junta Directiva del Congreso Nacional por parte de la presidenta Xiomara Castro. En el país prevalece una alta desigualdad, elevado nivel de pobreza y una expansión geométrica del crimen organizado. En Guatemala, el congreso desconoció al Movimiento Semillas, del presidente electo Bernardo Arévalo de León, por la orden de un juez penal. Una crisis en ciernes.
En Estados Unidos, un posible convicto puede llegar nuevamente al poder en el 2024, donde la sociedad está cada vez más dividida y enloquecida y donde la muerte aparece en cualquier esquina. Brasil es una incógnita con la vuelta al poder de Lula Da Silva, quien juega al peligro entre dos bandos: Los países del BRICS y del G-20. En este mar agitado y lleno de incertidumbre, República Dominicana es de los pocos países de la región que ofrece confianza, seguridad y estabilidad política y económica. Valorémoslo.