pensando

Crimen instiuido

La clandestinidad es un arma letal en el crimen organizado, abalada por los estamentos de poder de los gobiernos. Lamentablemente el reordenamiento mundial nos lleva a las nuevas potencias mafiosas, es decir, que en estos inicios del siglo XXI, la geopolítica describe la realidad de las mafias y su crecimiento. Tenemos que diferenciar las democracias y tiranías políticas clásicas y añadir los sistemas criminales como nuevas potencias; y no es difícil imaginarse, las democracias criminalizadas o mafiosas. Lo vemos en candidatos elegidos democráticamente como producto del patrocinio de mafias consolidadas, como si aceptáramos la convivencia de las mismas en la toma de decisiones que envuelven la seguridad de las familias, y por ende, el gran anhelo de la paz social. Las ideologías están cediendo de forma discreta a la era criminal, desplazadas por sistemas mafiosos depredadores. Estas sociedades globalizadas y mediatizadas provocan la invisibilidad de la percepción periodística, y en consecuencia, aparecen los actos represivos con la imposición de mafias que se hacen furtivas, pasando por debajo del “radar” de los medios de comunicación y de los Estados. La renta criminal nos va llevando al condicionamiento de sectores cruciales de la vida pública, y con ello, al colapso de estados fallidos. Queremos hacer dos recomendaciones: leer el libro “El G9 de las Mafias del Mundo” para entender la poca defensa de los gobiernos frente a esta realidad. La segunda recomendación, defender a nuestras familias bajo nuestra protección ineludible.

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