enfoque
Temores entre la garúa y el pisco peruano
El Director del Listín Diario en un artículo que escribiera en la edición del 28/08/23 reflexiona sobre un congreso al cual asistió en Moscú en el 1972. En ese entonces también estuvo en ese congreso un importante personaje de la historia contemporánea de Latinoamérica. Ese fue Abimael Guzman, líder del grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso.
Eso me trajo a mí viejos recuerdos. Estaba en 1985 en el Perú como miembro de la delegación dominicana que acompañaba al Presidente Jorge Blanco a la toma de posesión de Alan García como presidente de esa nación. En la tarde y antes de la recepción que daría Alan García, Hatuey de Camps y yo visitamos al Alcalde de Lima en el palacio municipal ubicado en el Centro Histórico. Esa zona estaba militarizada ya que se esperaban ataques terroristas de parte de Abimael Guzman y su grupo Sendero Luminoso.
El Alcalde de Lima era el líder de las izquierdas Alfonso Abarrante. Caía sobre Lima una ligera llovizna que allí la llaman garúa. En un determinado momento de la conversación el Alcalde fijo su mirada en la persistente garúa y nos dijo: si Abimael, quien se considera la cuarta espada del comunismo, entra victorioso a Lima al primero que fusilara es a mí. Sentí curiosidad y no recuerdo si fue Hatuey o yo que le preguntó si él consideraba que eso podría ocurrir. Nos dijo que seguían ganando territorio y adeptos.
La pobreza de algunas regiones y las desigualdades de ingreso son el cultivo para lograr atraer a nuestra población. A esto se une la preparación ideológica y militar que tienen los miembros de Sendero Luminoso. La combinación del adiestramiento ideológico y militar en tácticas guerrilleras está dando resultados positivos para ellos. Sus tropas y seguidores siguen creciendo. Han sembrado el miedo en todo el Perú. Estaba ya oscureciendo y teníamos que salir para saludar al nuevo presidente. Allí el ánimo era festivo y contrastaba con la que tuvimos en la reunión con el Alcalde. Cuando regresaba al hotel, me sentí triste. Sabía de las dificultades económicas del Perú y que tendrían que hacer un fuerte ajuste económico y negociar con el FMI. Consideré que el discurso de Alan García, donde indicaba que no pagaría la deuda externa, era inapropiado en ese momento. Era una guerra avisada con las organizaciones internacionales y los países acreedores en el Club de Paris. Habría que adicionar a eso la difícil situación política con las guerrillas de Sendero Luminoso.
Llegué al lobby del hotel y quise quitarme preocupaciones sobre el Perú. Me tomé dos tragos de pisco peruano y me fui a acostar. El tiempo me dio la razón, Alan García, no terminó bien su primer periodo. Abimael Guzman fue preso en 1992 y Sendero Luminoso colapsó. Pero lo importante de toda esta historia es lo que nos dice Franjul al terminar sus reflexiones: "Llevar las luchas redentoras por las vías del extremismo y la violencia entraña graves peligros en cualquier parte del mundo".