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La revolución de las Ciudades Inteligentes
Imaginar a Santo Domingo, nuestra querida capital, primada de América, como una ciudad del futuro. No hablamos de carros voladores ni de rascacielos inteligentes. Sino de una ciudad que se auxilia de la tecnología y la información para mejorar la calidad de vida de sus munícipes, una ciudad en donde se respeta y protege su patrimonio cultural ambiental y los espacios públicos, una ciudad que, en resumidas cuentas, es más inteligente. ¿Suena bien? Pues eso es precisamente lo que procuran las ciudades inteligentes o 'smart cities'.
Algunos podrían pensar que este concepto de ciudad dista bastante de nuestra realidad, pero no es así. Las Smart cities son una realidad en muchas partes del mundo, incluidas diversas ciudades latinoamericanas con características socioeconómicas y demográficas no tan disimiles a las nuestras, por lo que, el Distrito Nacional, tiene el potencial para unirse a ellas. Pero, ¿qué significa exactamente ser una ciudad inteligente y cómo puede ayudar a resolver los problemas de nuestra ciudad?
Las ciudades inteligentes o Smart cities, en síntesis, son aquellas que se asisten de la tecnología y los datos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y optimizar los recursos y servicios urbanos. Esto pudiese sonar un poco abstracto, pero podemos ponerlo en términos más concretos entendibles para cualquier habitante de nuestra ciudad capital, que vive al día día las problemáticas que ancestralmente han acosado a nuestra ciudad, veamos:
- Tráfico y tapones: Una de las principales problemáticas que impactan de manera directa en la calidad de vida de los munícipes del Distrito Nacional, es la que representan los embotellamientos vehiculares, según diversos estudios, en promedio el residente capitalino dura alrededor de 1.4 horas diarias en el tránsito. Las ciudades inteligentes promueven la utilización de datos en tiempo real para optimizar las rutas de transporte público y privado, reduciendo los entaponamientos y los tiempos de desplazamiento, situación que además repercute en la disminución promedio del gasto en combustible. Imagina una ciudad capital donde los semáforos se adapten a las condiciones del tráfico en tiempo real, exista una verdadera gestión del tráfico por parte de las autoridades basada en datos del flujo vehicular en tiempo real, y donde las rutas de transporte se ajustan dinámicamente para evitar los embotellamientos vehiculares.
- Contaminación: Las ciudades inteligentes proveen herramientas que permiten monitorear la contaminación y tomar medidas para mitigar la misma. Imagina una ciudad capital donde los días de alta contaminación se responden con restricciones temporales al uso de ciertos medios de transporte, se regulen ciertas actividades que impacten la calidad del aire, basándose en datos en tiempo real.
- Recolección de residuos: ¿Frustrado por la acumulación de basura en las calles y aceras? Imagina una ciudad en donde existan herramientas que permitan utilizar análisis de datos para determinar cuándo y dónde se necesita la recolección de residuos, mejorando la eficiencia y frecuencia de recolección en zonas medulares, reduciendo con esto la contaminación. Además, el concepto de ciudad inteligente, orienta sus políticas al fomento del reciclaje y reutilización de residuos.
- Seguridad e iluminación: ¿Inquieto por la seguridad en nuestras calles? Se ha demostrado que un factor preponderante en los índices de delincuencia e inseguridad es la iluminación deficitaria en una determinada zona geográfica, ejemplos como el del Salvador ilustran la importancia de la iluminación como elemento vital para contribuir a las políticas públicas de seguridad ciudadana. Las ciudades inteligentes utilizan la tecnología para mejorar la iluminación y la seguridad. Imagina una ciudad capital donde el alumbrado público, sea sustituido por alumbrado eficiente y de menor emisión ambiental, y se ajuste según las condiciones de luz natural y la presencia de personas, lo anterior, unido a otros elementos como la presencia de cámaras de seguridad ayudan a prevenir y resolver delitos.
- Espacios públicos: Los modelos de ciudades inteligentes pueden utilizar la tecnología para monitorear y gestionar el uso de los espacios públicos. Imagina una ciudad capital donde las plazas y parques están protegidos por sistemas de vigilancia inteligentes, y en donde las aceras, calles y demás espacios colectivos se encuentren libres de ocupación, permitiendo que los ciudadanos puedan reportar problemas o cualquier violación a través de una aplicación móvil.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo el Distrito Nacional podría beneficiarse de convertirse en una ciudad inteligente. La tecnología tiene el potencial de mejorar nuestra calidad de vida, optimizar los recursos y servicios urbanos, y promover un desarrollo sostenible y participativo.
Ahora, todo esto suena muy bien, pero también debemos ser conscientes de los desafíos. La transición hacia una ciudad inteligente requiere inversión, formación y una regulación adecuada mediante políticas públicas promovidas por ciudadanos consientes de las principales problemáticas que aquejan a nuestra ciudad. Pero si lo hacemos bien, este modelo de ciudad se constituye una herramienta poderosa para mejorar la vida en el Distrito Nacional y de sus munícipes.
El presente y el futuro de Santo Domingo está en nuestras manos. Tenemos la oportunidad de utilizar la tecnología, y la ciencia de datos para hacer de nuestra ciudad un lugar mejor para vivir en el siglo XXI. ¡Vamos a construir juntos el Santo Domingo del futuro!