VIVENCIAS

Apellidos pesados

Estoy persuadido que hay quienes creen que todavía nuestro país se encuentra en una situación donde la ignorancia es un arma de la que aquella era oprobiosa se valía para tener control absoluto de voluntades, además que no daba tregua a nadie para que pudieran expresarse y manifestarse.

Desde esa perspectiva, he escuchado a alguien hablar con gran orgullo y convicción que le preceden dos apellidos “pesados”, ciertamente, se trata de apellidos, que tienen suficiente gravitación, carga y lastre, porque han producido agobio, inquietud y desasosiego en muchos estratos de la sociedad dominicana.

Esta sola manifestación de prepotencia es suficiente para estar advertidos, de lo que puede suceder de confiar en gente que no tiene conciencia histórica de donde proviene, y de cuál es el papel que le corresponde asumir en los destinos de un país que no ha podido superar todos los actos de violencia y abusos cometidos por alguien que todo su accionar estuvo signado por el demonio.

Ahora pretende, aquel que quiere elevarse hasta asumir la alta magistratura, ubicarse en una estatura moral familiar que no le corresponde, pronunciamiento, que ira creciendo o disminuyendo según las palabras que pronuncie y los mensajes que la gente elige oír.

Me imagino, que, de llegar a realizarse estos sueños traumáticos, que espero en Dios no lleguen a materializarse, tendremos al “agraciado” a su lado a unos progenitores, con apellidos pesados, fruto de todas las barbaridades cometidas en una época que no basta con olvidar, sino que hay que erradicar. Creo, que por el momento debemos empezar por colocar una letra en otro lugar para que diga EPD.