PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Janssens: el general de la postguerra (1946 – 1964)

Wlodimirio Ledóchowski falleció 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Los jesuitas solo pudieron elegir general en1946. Bastó una votación para escoger al belga de 57 años, Juan Bautista Janssens, como vigésimo séptimo general de la Compañía de Jesús.

Era un hombre sereno. No le faltó audacia y creatividad para contactar a sus súbditos durante la guerra, muchos de ellos refugiados en Francia. Vigilado estrechamente, mantuvo su sentido del humor incluso mientras la Gestapo registraba sus oficinas. Además de sus dos lenguas nacionales: el francés y el flamenco, se manejaba en alemán, inglés e italiano. Hablaba el latín y lo escribía sin problemas. Entendía el español, el portugués y el ruso.

Durante su generalato, la Compañía pasó de 28,839 jesuitas en 1946 a 35, 968 en 1964. Pero en los 1960 disminuyeron notablemente los jesuitas europeos.

Luego del cataclismo de la Segunda Guerra Mundial, la Compañía quería trabajar por la incidencia de la fe cristiana en la vida pública. Se exhortó a cada provincia a crear un centro de promoción y acción social. Las Cartas de Janssen reflejan las preocupaciones que socializó con toda la Compañía. Me fijo en siete.

La necesidad de promover nuestra vida interior (27 de diciembre, de 1943). Segundo, ante “la miseria de miles de proletarios” comprometámonos en promover la justicia social (10 octubre, 1949). Tercero, el 11 de febrero,1951: apliquemos las recomendaciones de la encíclica Humani generis y sus cautelas acerca de “la nueva teología”. Cuarto, organicemos los estudios superiores (31 julio, 1954) que las materias principales se enseñen en latín, no importa que para algunos jóvenes les resulte cuesta arriba. Quinto, desde el 21 de diciembre de 1957, Pío XII nos ha pedido que renunciemos al tabaco. Sexto, los hermanos jesuitas (15 febrero, 1958) que aumenten su formación, contrariamente a lo estipulado anteriormente. Finalmente, estemos atentos a las “situaciones profundamente nuevas en muchas misiones como Japón, Indonesia, India, África y América Latina. Tan solo 6,000 de los 34,000 jesuitas son misioneros.

El Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús considera que el impacto de las cartas no fue el esperado. El mundo, la Iglesia y la Compañía vivían un acelerado cambio cultural. Años después de pedir un decidido compromiso social jesuita, algunas provincias no habían hecho nada. Él mismo aconsejó con realismo: menos directrices, pero que se ejecuten.