OTEANDO

Algo es algo

¿Cuál es el país destinatario del tráfico de la mayor cantidad de drogas desde Suramérica? Estados Unidos de América. Por vía de consecuencia, también deviene el país con las agencias más preparadas para lidiar con la persecución del tráfico de drogas desde República Dominicana, como puente, hacia su territorio. Esto lo convierte en el país más apto para proveer información acerca de quiénes son los dominicanos -políticos o no- implicados en ese negocio criminal. No estoy afirmando que desde nuestro país no se trafique drogas hacia otras partes del mundo, lo que digo es que Estados Unidos de América es el mayor destinatario de las drogas que salen de la República Dominicana.

Como resultado, Estados Unidos de América está permanentemente concernido en una lucha tenaz contra el narcotráfico a través de varias iniciativas: cooperación bilateral en la persecución, estímulo de la aprobación de leyes antilavado en nuestros países, etc. Y, si bien nunca hemos visto a Estados Unidos de América presentar en su territorio ningún habitante de ese país como implicado en un caso de narcotráfico procedente del nuestro -cosa rara-, lo ciento es que tampoco se ha equivocado al señalar la implicación de los dominicanos que procesan por la comisión de tal delito. Y, para los fines, es lo que nos importa (algo es algo).

Por lo anterior, no veo nada malo en que Estados Unidos de América sea consultado acerca de cuáles políticos, aspirantes a ocupar una posición electiva en nuestro país, puedan estar vinculados con el negocio de las drogas. Lo que sí pienso es que debieron consultar las autoridades de otros países, desde donde República Dominicana recibe o, hacia donde, desde aquí, también se envía drogas. Empero, pienso que se le está haciendo un gran servicio al país con la exploración de medios para la identificación de políticos narcotraficantes o narcotraficantes políticos, ya que los ciudadanos estamos hartos y en estado de impotencia al ver estas lacras apropiarse de las instancias de poder al amparo de un sistema de voto preferencial que permite acceder al poder a quienes más dinero puedan gastar (“pecunia non olet”, decía Vespasiano a su hijo Tito). Además, al que se le ocurrió eso en el PRM tuvo una idea formidable de doble utilidad: los gringos no podrán culparlos de que se haya colado un narco a un puesto electivo y, además, tienen el mejor pretexto para halarle la alfombra a aquellos que hayan podido aportar dinero sucio en la campaña pasada, si alguno.