PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Los jesuitas cruzaron al siglo XX de la mano del P. Martín

El vigésimo cuarto General de los jesuitas fue el burgalés español, Luis Martín García (1846 – 1906). Al igual que otros jesuitas, de joven conoció el exilio en Francia cuando la revolución de 1868. Los cargos de Rector del Seminario diocesano de Salamanca y Provincial de Castilla le revelaron como un administrador hábil y equilibrado. El P. General Anderledy le llamó a Roma como sustituto del secretario. En realidad, le interesaba que el P. Martín le ayudase a consensuar una comisión jesuita, que luego de 77 reuniones, algunas con rayos y truenos, no lograba ponerse de acuerdo sobre por dónde enrumbar la formación de los jóvenes: ¿insistir en la escolástica, regresando a Tomás de Aquino como recomendaba León XIII, o abrirse más a los nuevos métodos histórico-críticos?

Fallecido Anderledy, al P. Martín le tocó organizar la Congregación General. Roma era insegura por estar en manos de los patriotas italianos y el Cardenal jesuita Masella demasiada influencia. Con fina delicadeza, Martín logró reunir la Congregación en Loyola, España.

En la XXIV Congregación General que le eligió superior, los españoles e italianos pedían fidelidad a la tradición, mientras que los belgas, ingleses y estadounidenses enfatizaban el responder a los nuevos retos. La Congregación le encargó al General que elaborara una instrucción acerca de cómo administrar los recursos de la Compañía. Se confirmaron las directrices de la Ratio Studiorum y que todo presbítero jesuita estudiase cuatro años de teología. En los ministerios, se priorizaba la labor con hombres, especialmente obreros pobres, teniendo el cuidado de no involucrarse en las “cuestiones políticas” de los círculos obreros católicos. Se le pidió al General que trasladara la Curia de Fiésole (Florencia) a Roma (1895).

En la vida de la Compañía de Jesús, el P. Luis Martín es conocido como el impulsor de un esfuerzo por recoger la historia de la orden (Monumenta Histórica Societatis Iesu, en 2020 alcazaban166 volúmenes). Es famosa la historia de Antonio Astrain para la Asistencia de España. León XIII alababa tanto a los jesuitas que les pedía no publicasen sus encomios para no despertar celos. Durante su generalato (1892 – 1906) los jesuitas crecieron de 13.274 a 15, 661. Hombre realista, le comentaba a un amigo sobre su trabajo como General, gobernar, “consistía en el triste oficio de luchar con las pasiones humanas” (Diccionario Histórico SJ).

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