EL BULEVAR DE LA VIDA
Migración y Turismo
“Cerrado, definitivamente cerrado”, como el camino “malo” al que se refirió Balaguer en el acto de firma del Frente Patriótico, así está la posibilidad de que una fuerza militar multinacional imponga el orden en Haití y reencauce a esa nación hacia el bienestar que comenzó a perder cuando en 1804 se atrevió a inaugurar la libertad.
El rechazo de Rusia y China a la posibilidad del envío de una fuerza militar a Haití significa que a los dominicanos nos ha llegado la hora de “rascarnos con nuestras propias uñas”, compelido nuestro gobierno a hacer lo que nunca se ha hecho: organizar la migración con hechos y no con notas de prensa, leyes sin garra y reglamentos engavetados por años en un escritorio presidencial. Hablo de organizar, regularizar y expulsar respetando los derechos humanos, pero expulsar. El interés nacional debe ser el norte y también el sur.
El gobierno dominicano sabe muy bien qué hacer para lograr que haya orden en la migración en nuestro país, comenzando por acabar con las mafias cívico militares empresariales, y también las consulares con agentes de venta de visas en los salones de belleza y los puticlubs.
Como nuestro turismo, el Estado dominicano “lo tiene todo” para hacer su tarea: Tiene los hombres, las mujeres, las instituciones, la Constitución, las leyes. Solo que el temor de los gobiernos a los sicarios de la palabra con vocación terrorista, (fusileros mediáticos, proxenetas del odio, quiero decir), también como nuestro turismo… “es inagotable”. Al contrario del turismo, ese viejo temor gubernamental es “el secreto peor guardado del Caribe”, y todo en medio de una campaña electoral sin ideas, que expondrá sin frenos las tres P de “La revancha de los poderosos”: Populismo, Polarización y Posverdad (Naim, 2022).
No tenemos más leña que la que arde. El ministerio de agricultura, la JAD o ACOPROVIS lo han reconocido. Sus sectores dependen de la mano de obra haitiana. Entonces, en defensa del interés nacional, ejecutemos ya un gran programa de regularización de quienes teniendo la documentación de su país, puedan mostrar una oferta de empleo de constructores y productores.
¿Qué hacer con los trabajadores inmigrantes que ni siquiera poseen un documento de identidad de su país, y sus autoridades se niegan a otorgárselo? En eso podría ayudarnos la gris y papelera comunidad internacional. Delicado problema. Palabras mayores. Jodido nudo gordiano. Buen tema para otro Bulevar. Con su permiso.