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POLÍTICA Y CULTURA

Roberto en la OEA, Ogando y Faride en Bruselas

En Bélgica, Bruselas, se acaba de debatir un tema complejo y de sumo interés nacional para República Dominicana. Nuestro país víctima de campaña de desinformación y de aleve consignación de prejuicios contra nosotros, ha asistido en diferentes momentos a sesiones deliberativas sobre la tragedia de Haití. Bifurcando contextos, extrapolando ideas nocivas que intentan alterar la verdad histórica y actual, nuestro país ha recibido aleaciones de las más recónditas aberraciones. Se trata de desnaturalizar el papel histórico de la República Dominicana, su limpio origen de nación forjada al calor de sus heroísmos más significativos contra toda opresión, viniese de donde viniese. Hay una medición de sangre y sueños donde la Patria alcanzó su estatura mas señera. Patria solidaria que nunca ha invadido ningún territorio, cimentado su escapulario de nación sobre bases distintivas y propias de su identidad nacional.

El llamado fue a la comunidad internacional como contrarréplica al discurso manoseado en algunos conclaves que han insinuado involucrar a nuestro país en la crisis haitiana, de la ingobernabilidad y disolución de autoridad alguna, en una tragedia que lacera la responsabilidad de muchas instancias en ese drama de descomposición social y disolución del Estado. Esa falsía manoseada por intereses determinados, fue demolida por la Delegación dominicana ante la reunión logrando la aprobación de la resolución de urgencia sobre la crisis humanitaria en Haití en el marco de la reunión parlamentaria entre la ACP Unión Europa. Asamblea parlamentaria paritaria.

Fue la posiciona asumida por el embajador Iván Ogando como jefe de la delegación junto a dos reputadas diplomáticas, Ellen Martínez y Angela Vigliota y por Faride Raful como representante del Senado dominicano, conciliando el enfoque inicial sobre el drama haitiano con la posición modificada de la República Dominicana, urgiendo la solidaridad y las acciones conjuntas para encarar la tragedia de ese pueblo. Lo fundamental es haber logrado liberar a nuestro país de cualquier compromiso particular de una situación que no puede cargarse sobre nosotros. Cualquier ejemplo de confusión quedó esencialmente anulado por la intervención vibrante de la delegación dominicana en ambos escenarios.

Una gran victoria para el país y el presidente Abinader en el campo de la diplomacia. Nuestro país esencialmente solidario y fraterno ha sido víctima de campañas maledicentes, desconocedoras de los campos geográficos e históricos sobre cuyas bases se crearon las naciones. La sucia y vulgar campaña contra la Patria, impulsadas con fines inconfesables por enemigos de la nación dominicana, fue virtualmente demolida logrando finalmente la adhesión de todas las representaciones en un gesto que esclarece y dignifica.

Por igual, resaltar significativamente la posición de Estado, expresada por nuestro Canciller, Roberto Álvarez, en la OEA, que edificó y consolidó el discurso del presidente Abinader en los foros internacionales y que se acaba de oficializar en Bruselas, Conferencia que se vio obligada a transformar la pretensión de declaración inicial y conciliar con la posición dominicana, la visión de conjunto que coloca la verdad histórica en un modelo internacional viable. La Patria se defiende no sólo en los campos de batallas históricas, sino también en los conclaves internacionales yendo allá, donde se dirime y aclaran las confusiones, donde se da la cara, salvando a la Nación de alevosías y de subterfugios compensatorios de confabulaciones y felonías.