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Puerto Príncipe, Haití

Cumbre de Jamaica: verdades y fracasos

Durante más de treinta años, la vida política haitiana ha estado marcada por la omnipresencia de la comunidad internacional.

Con razón, el expresidente Boniface Alexandre durante el período interino de 2004 a 2006 evocó el término de soberanía vigilada para describir esta tutela internacional en los asuntos haitianos.

Hecho muy sorprendente en la historia de las relaciones internacionales, un grupo de países y organizaciones internacionales han establecido una estructura de concertación colectiva, denominada Core Group, para legalizar sus derechos de injerencia en la vida pública haitiana.

Es en este contexto que debemos abordar la cumbre haitiana en Jamaica del 11 al 13 de este mes, entre partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y miembros del Gobierno haitiano bajo los auspicios de la Comunidad del Caribe (CARICOM). Según la organización regional, esta cumbre tuvo como objetivo apoyar a los actores haitianos en la búsqueda de una salida favorable a la grave crisis política del país tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, el 7 de julio de 2021.

Hay que destacar que el pueblo haitiano es muy desconfiado sobre el papel de las embajadas y otros organismos internacionales en el declive histórico de la nación haitiana, especialmente en esta crisis.

La gran mayoría de los haitianos cree que los actores internacionales están tratando de profundizar y extender la crisis. Algunas voces a nivel nacional llegan a señalar la responsabilidad de la comunidad internacional en la implementación de un plan de genocidio.

En efecto, el doctor Jean William Pape, investigador y profesor de Medicina de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, lanzó el 6 de marzo de 2023, un grito de alarma ante la posibilidad de una “masacre en Ruanda”. En cualquier caso, nunca debemos olvidar que la federación de las pandillas (G-9) encontró un importante apoyo en la exJefa de la Oficina de las Naciones Unidas, Helen La Lime, en su informe al Consejo de Seguridad en agosto de 2020.

Después de muchos fracasos, palabrerías, negociaciones, falsas promesas y hasta complicidad de sectores de la comunidad internacional en la persistencia de esta crisis, los haitianos acogieron con gran escepticismo la nueva iniciativa de CARICOM.

Nos hubiera gustado que el doctor Ariel Henry se animara con un toque de patriotismo para contribuir a la recuperación del barco nacional. Desafortunadamente, el genio malicioso del poder personal, el enriquecimiento ilícito, la mala gestión administrativa, la corrupción, los obstáculos legales, entre otros, que animan al comportamiento autocrático del primer ministro haitiano y su clan, están presentes.

Una vez más los resultados de la cumbre de Jamaica han puesto de relieve la voluntad del Primer Ministro de permanecer indefinidamente al frente de un poder sin límite, a pesar de resultados totalmente negativos tras dos años de gobierno sin contrapoder. Durante la cumbre, Ariel Henry adoptó un comportamiento arrogante y altivo al evitar el debate antagónico con sus compatriotas. Su comportamiento de líder paternalista, dispensador de privilegios, digno de un mesías, recuerda el versículo bíblico según un participante a la cumbre: “Vengan a mí, hijitos, todos los que estén trabajados y cansados, yo los haré descansar”.

Básicamente, la cumbre fracasó porque Ariel Henry quiere ser el único jefe a la cabeza del Estado. Es Presidente, Primer Ministro y Ministro del Interior, sus servidores cercanos controlan todas las demás instituciones importantes. Él solo decidió elegir a los miembros de la Corte de Casación y el próximo Consejo Electoral para organizar las próximas elecciones.

Básicamente, la realización de elecciones fraudulentas como la de 2011 constituye el principal objetivo que determina el apoyo de ciertos actores de la comunidad internacional al doctor Ariel Henry.

De lo que se trata fundamentalmente es de traspasar el poder a su clan, mantener el control de los oligarcas contrabandistas sobre la economía nacional, perpetuar el caos, reforzar la injerencia de la comunidad internacional para consolidar esta nueva forma de capitalismo humanitario y evitar que los corruptos se lleven ante los tribunales por el defalco de los recursos del Estado.

A nivel de actores internacionales en Haití, la cumbre interhaitiana de Jamaica ha generado todo un conjunto de contradicciones.

El caso más concreto fue el comportamiento de la Nueva Representante de las Naciones Unidas en Haití (BINUH), la exministra de Relaciones Exteriores de Ecuador, María Isabel Salvador, quien sorprendentemente nos recuerda la injerencia, falta de elegancia y los comportamientos pocos diplomáticos de su predecesora, la señora Helen La Lime. Para crear confusión en la víspera de la cumbre, la funcionaria ha realizado una conferencia de prensa cuyo objetivo consiste fundamente en consolidar al gobierno ineficaz de Ariel Henry, brindándole un apoyo incondicional.

Y sin embargo, si no fuera por el movimiento de autodefensas “Bwakale”, los bandidos habrían conquistado todo el territorio nacional, porque los oficiales de este Gobierno tienen complicidad con las bandas pandilleras, según varios organismos de derechos humanos. En el plano económico, la tasa de inflación alcanza más del 49%, además productos estratégicos como el petróleo no están disponibles en varios puntos del territorio nacional.

Sigue en marcha la estrategia de división del Jefe de la BINUH en el marco de esta conferencia para debilitar la Iniciativa Ciudadana del Acuerdo de Montana para una salida haitiana a la crisis con respecto al acuerdo del 21 de diciembre de 2022 firmado entre el poder y sus únicos aliados.

A pesar de nuestras profundas reservas sobre el lugar y la metodología de esta cumbre, el diálogo para una solución consensuada a la crisis entre los actores haitianos es una iniciativa cargada de patriotismo. Sin embargo, creemos que es importante difundir algunas verdades importantes sobre el comportamiento del poder y algunos de sus aliados internacionales.

1. En una cumbre auspiciada por Canadá o Estados Unidos, el doctor Henry nunca hubiera mostrado esta falta de respeto hacia sus anfitriones y sus compatriotas al abstenerse de participar en la reunión durante una buena parte de la cumbre.

2. El comportamiento poco elegante del Primer Ministro Ariel Henry en la cumbre de Jamaica parece ser una decisión concertada con la BINUH que no inspira confianza a los haitianos. Tienen los mismos blancos de ataques, del Acuerdo de Montana. Antes de la reunión, la señora Salvador puso de relieve las debilidades del acuerdo de Montana, en Kingston, Jamaica, Henry lanzó los ataques.

3. La cumbre sirvió para demostrar la intransigencia del doctor Henry que pretende mantenerse en el poder el mayor tiempo posible, aunque eso signifique reforzar la violencia de las pandillas.

4. Las elecciones serán necesariamente fraudulentas en el caso de que Ariel Henry sea el único responsable de su organización. En este contexto, asistiríamos a una clásica renovación del caos por un nuevo período.

5. El saqueo del Consulado Honorario de Jamaica en Port-au-Prince en el momento de la cumbre debe tener un vínculo con el compromiso de CARICOM para esta cumbre y el temor de los que están en el poder de llegar a una solución real a la crisis.

El autor es Director Ejecutivo del Observatorio del Instituto Haitiano de Políticas Públicas (INHOPP)

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