pensando

Conversando con el patricio

Quiero decirte Juan Pablo, que tu proyecto independentista lo motivaste por la fuerza de tu fe y la voluntad patriótica, encarnada en la juventud de tu época. Tu mensaje, expresión de sublimidad, coronó tu proyecto de nación consagrado en el Juramento Trinitario de símbolos imperecederos recogidos en tres palabras: “Dios, Patria y Libertad”. Tu inspiración divina en el amor a tu tierra, a tu gente y a la nacionalidad dominicana, lo expresaste en tus sentimientos colmados de sacrificios y en tus batallas por romper el yugo opresor haitiano, concebido en tu poesía: “cantad sirenas, cantad, cantad un canto por mí, que anuncie la libertad al suelo donde nací”. Este pensamiento nos hace reflexionar que nadie puede ayudar más a nuestra patria que la patria misma, nadie puede negociar el futuro de nuestros jóvenes que nosotros mismos, dándoles su protección desde el Estado Dominicano. Nunca debemos aceptar que los representantes de intereses foráneos recluten nuestros sueños cual usureros de oportunidades. Nuestra nación se creó por el sacrificio de muchos dominicanos que ofrendaron sus vidas por nuestra identidad, sustentada en un ordenamiento institucional como lo consagra la Constitución de la República. Defenderemos, Juan Pablo, los estamentos democráticos y no una relación comercial que atente contra los ideales y principios que nos rigen. Por eso, Fundador, te expreso que en este momento crucial de defender nuestra soberanía, muchos verdaderos dominicanos tenemos el compromiso con tu legado, con el honor de tener patria.