FIGURAS DE ESTE MUNDO

De paso

La esfera espiritual del cristiano no se limita a este mundo, pues aquí camina como peregrino, como un extranjero que está de paso. 

Para el apóstol Pedro, el creyente es un extranjero, en una sociedad temporal, cuya ciudadanía está en el cielo. Pero en este peregrinaje, hasta el más devoto piadoso, procedente del pueblo de Dios, de la nación santa, debe ser exhortado a guardarse de los peores pecados; a mantenerse alejado de los deseos carnales, egoístas, de la condición humana, tanto en la vida privada como pública. 

Solo así ejercerá una influencia transformadora en el mundo para gloria de Dios.

 “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir cuando estén con gente que no cree en Dios” (ver 1 Pedro 2:11-12).