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Nobeles de Literatura, ¿guías para la escritura poética?

La creatividad es el objeto de las artes: estrategia verificable en un conjunto de procesos vinculados a alcanzar un objetivo comunicacional renovante.

Sin embargo, ¿lo relevante es comunicar? No. La regeneración formal; cómo puede existir y expresarse el lenguaje, sí.

Samuel Beckett (n. Irlanda, 1906-†Francia, 1989), Nobel de literatura 1969, compartiendo dos territorios estructuró una tensión dualista: íntima y surrealizante.

Desechando las epistemes, las certezas cambiantes y escurridizas, reconstruyó extractos de doxas dictadas como testimonios.

Poco se escucha sobre la poesía de Beckett: “solemne suave seda cantarina | inclínate hacia el negro firmamento de areca | lluvia sobre bambúes flor de humo callejuela de sauces”. O: “…guantílopes del sentido y el absurdo transcurren | tomados por los gusanos por lo que en verdad son”; “tres veces vino | el hombre de las pompas fúnebres | impasible bajo el bombín de piel | para medir | ¿no está acaso pagado para medir? | a este incorruptible en el vestíbulo | a este malebranca que los lirios cubren hasta las rodillas”.

Entonces, si algo es contrario al poetizar es recurrir a descripciones, a la apropiación de lo tangible desde las voces de la lengua secular.

Describir amores, situaciones…, asesina la poesía. Para los detalles están las formas iniciales de escribir: la crónica, el reporte. En la vocación objetiva de estos, la creatividad es quien debe ser traída al patíbulo.

Esta condición la ratifica el decir de Elfriede Jelinek (n. Austria, 1946 - ), Nobel de literatura 2004: “pan | nosotros escalamos radio arriba | el cielo se encoge tras | nuestros pies las peras | rugen clamor de muerte tu pata macho cabrío | hace un hoyo a patadas en mi resto | mi otro seto (la parte) se agacha”.

Notamos similitud en la técnica rectora del modo de estructurar los sintagmas o unidades lingüísticas dotadas de significado. Comparten esa intensión fundamental de asalto anti metafórico surgido al romper la previsibilidad sintáctica; que deriva del léxico densamente objetual y la hipérbole a-contextualizante.

Si “agua fría” estaría dentro de las previsibilidades acuñadas desde la experiencia y resultaría de utilidad para las crónicas, esa unidad sintáctica devendría a poética.

“Agua de calzones”, en cambio, tendría una oportunidad, ya que no hay forma de que sus sintagmas nominales refieren un correlato verificable en la realidad o mediante la experiencia.

Recurrimos a estos dos escritores y procesos lógicos, separados por 40 años, para revisar la continuidad temporal de un critérium sobre poesía y creatividad literaria en este campo escritural.

Caracteriza la poesía contemporánea su condición rebelde ante los discursos predecesores, de un siglo.

Lo verificamos en William Butler Yeats (n. Irlanda 1835 - †Francia, 1939). En su poema “Navegando hacia Bizancio” expresó: “Un hombre viejo no es más que una cosa miserable, | Un abrigo andrajoso sobre un bastón, a menos | Que el alma aplauda y cante, y cante más fuerte | Por cada arruga en su traje mortal”.

Estas revisiones son importantes y contribuyen a formar un paradigma sobre el hecho poiético: resultado de una praxis de lenguaje innovante y neo-significante.

¿Su finalidad?, desde el decir, revolucionar el pensar.  

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