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en pocas palabras

La visita de Petro a Washington

La visita del presidente colombiano Gustavo Petro a la Casa Blanca hace pocos días, es parte de la programación del gobierno de Estados Unidos de invitar a naciones claves y aliados del hemisferio como lo son, Brasil y Colombia, este último tenido como el principal aliado de Washington en la región.

El ascenso al poder de dos naciones que como Brasil y Colombia de líderes izquierdistas, siempre mueve a Washington a ponerle la atención debida a lo que pudiera suceder en su área de influencia.

Hay quienes opinan hasta con sobrada razón, de que es más comprensible ponerse de acuerdo con gobiernos de izquierdas que con los de derecha.

El viaje realizado el pasado 23 de abril a Washington fue la búsqueda de respaldo a la política internacional de defensa del medio ambiente que enarbola el inquilino de la Casa de Nariño, y a la vez, la Casa Blanca, reafirmar los acuerdos con Bogotá en asuntos militares, de seguridad, la guerrilla y el combate al trasiego de drogas, entre otros objetivos.

Este año han pasado por la Casa Blanca, mandatarios como el chileno Gabriel Boric, Andrés López Obrador (AMLO) de México, Lula, de Brasil, Petro.

Todos son parte de la nueva izquierda latinoamericana, incluyendo a Luis Arce, de Bolivia y el peronista Alberto Fernández de Argentina.

Los tiempos del radicalismo ideológico se puede decir ya son reductos en la región. Hasta el presidente Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, ha reiterado en varias ocasiones su interés en visitar a Joe Biden, en la capital norteamericana.

Todo a pesar de las frías y tensas relaciones con Estados Unidos en materia de embargos, restricciones comerciales, multas a altos funcionarios, ha impuesto a Venezuela uno de su más importante socio comercial sudamericano en el pasado.

Biden también ha flexibilizado ciertas restricciones a Caracas como la de renovar los permisos de exploración petrolera de Chevron Oil (Texaco) y compras de alimentos.

En el caso de Cuba, su antecesor Barack Obama visitó el 20 de marzo 2016 la Habana en su interés de dar los primeros pasos para la normalización de las relaciones con su vecino antillano después de más de 60 años de rompimiento.

Con Cuba, por ejemplo, la visita de Barack Obama a su colega Raúl Castro, despertó amplias expectativas en el mundo. Duró poco la luna de miel porque su sucesor Donald Trump frustró ese histórico acontecimiento.

De hecho, en esta administración demócrata, se han flexibilizado ciertas prohibiciones al embargo que data de 1962.

Lo que sí es una realidad, y es que Estados Unidos negocia intereses, no favores.

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