Desde mi pluma
¿Todavía?
“Es que tú no eres del partido”, le dijeron a un familiar cercano en 2009 cuando buscaba un empleo como docente en un distrito educativo de San Cristóbal, de donde soy oriunda.
Era apenas una niña cuando me lo contaron. Pero no lo olvido, porque desde ese entonces fui, tristemente, consciente de que los puestos de trabajo en el Estado dominicano estaban reservados en su mayoría para los “compañeritos” del partido en turno.
Conforme fui creciendo, también por comentarios de allegados, noté que a aquellos que no militan en la organización política que ostentaba el poder, se les “exigía” participar en caravanas, mítines y hasta votar por sus candidatos en los diversos comicios electorales, bajo la amenaza silenciosa de que perderían sus empleos si se rehusaban.
Creí que esta era una táctica desfasada hasta que escuché un audio donde la directora de Salud de Barahona amenazaba a su equipo subalterno con cancelarlos si no asistían a una marcha organizada por el oficialista Partido Revolucionario Moderno. Como corresponde, la funcionaria fue suspendida tras el escándalo que generó su accionar.
En esa nota de voz filtrada, la mujer dice a los empleados que “deben agradecer al PRM el tener un trabajo”. Imagínese usted cómo vamos entonces, si el dominicano debe “pagar el favor” de esa manera.
Quiero pensar que es un hecho aislado y que esto no le está sucediendo a nadie más, como se rumoraba ocurría en gobiernos anteriores, pero estoy segura de que todos conocemos más de un caso similar.
Este tipo de situaciones tiene que parar y mientras más rápido, mejor, porque no es correcto y tampoco habla bien de ningún mandato.