cardiología para todos
Prevención cardiovascular
Es fundamental conocer el riesgo cardiovascular de la población antes de que aparezcan las manifestaciones clínicas, producto de la enfermedad ya establecida, o mejor dicho, para poder iniciar estrategias de prevención primaria en las personas a las que atendemos. La prevención primaria es la aplicación de medidas encaminadas a controlar los factores de riesgo cardiovasculares, una vez ya presentes, para disminuir la incidencia de la enfermedad.
Es fundamental conocer de cada paciente el nivel de riesgo, del que dependería la intensidad de las actividades preventivas que debemos implementar. Los factores de riesgo descritos hace al menos 50 años son definidos como una característica, rasgo o determinación de laboratorio que predice el riesgo para el desarrollo probable de una enfermedad clínicamente manifestada, jugando un papel importante en la patogénesis de la enfermedad o simplemente puede servir como un marcador de riesgo, los cuales son: el consumo de tabaco, hipertensión arterial, diabetes, colesterol y triglicéridos, sobrepeso y obesidad, inactividad física (sedentarismo), consumo abusivo de alcohol y una alimentación no cardiosaludable. Existen también los llamados factores de riesgo emergentes, como son edad, sexo, historia familiar de eventos o muertes antes de los 50 años, el estrés, homocisteína, proteína C-Reactiva, etc.
A partir de estos factores de riesgo se elaboran tablas que predicen la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular y especialmente, una enfermedad coronaria en los siguientes 10 años, dividiendo de este modo a la población en: riesgo bajo, medio, alto y muy alto.
Existen varias escalas, señaladas por diferentes sociedades científicas, para poder estratificar el riesgo cardiovascular en personas aparentemente sanas. Debemos agregar que además de los factores de riesgo clásicos ya conocidos, existen algunas características clínicas que confieren especial riesgo, como: diabetes mellitus, síndrome metabólico, insuficiencia renal crónica y la edad avanzada.
Prevención secundaria
Cuando la enfermedad cardiovascular (infarto al miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, etc.) se hace presente o ya se ha manifestado, deben instaurarse las medidas encaminadas a reducir el riesgo de recurrencia y la mortalidad, lo que constituye la prevención secundaria.
Queremos dejar bien claro que la prevención primaria se aplica antes o para evitar el daño (enfermedad), y la prevención secundaria se refiere a las medidas a tomar luego que la enfermedad se hace presente.
La prevención secundaria recoge las principales recomendaciones en diferentes áreas de intervención como son:
• Cambio en el estilo de vida.
• Control y eliminación de los factores de riesgo cardiovasculares.
• Prescripción de determinados fármacos con el objetivo de la prevención de nuevos episodios. También hoy en día disponemos de estrategias de revascularización percutánea o quirúrgica y de dispositivos implantables como el desfibrilador o resincronizador, cuando estén indicados.