sin paños tibios
Sin febrero no hay mayo
El tablero se va ordenando, casi todas las piezas están donde les corresponde estar y el juego por el poder apenas empieza. Un país donde la política constituye el ascensor social por excelencia será un país que vivirá en campaña electoral permanente, sin importar si las finanzas públicas o privadas lo permitan, porque lo importante es ganar… con quien sea y como sea, pero ganar. A nivel de oposición el panorama está definido. La FP es un partido de base mesiánica, cortado a la medida de su líder y, por tanto, la asignación de candidaturas congresuales y municipales -sin importar el método de selección escogido-, reflejará la voluntad del Dr. Leonel Fernández. En el PLD, pese a contar con una estructura de cuadros más robusta, la situación luce sombría, con un candidato cuyo discurso no conecta con las bases ni logra imponer temas en la agenda nacional, rodeado de dirigentes más preocupados por evitar una acción del ministerio público que por lograr un buen desempeño electoral. Así las cosas, febrero se antoja decisivo. Los vergonzosos sucesos de 2020 se convirtieron en un boomerang que golpeó en la cara al gobierno en las elecciones de junio, configurándose en actores, operadores políticos y el pueblo llano, el paradigma (¿replicable?) de que febrero determina mayo.
El gobierno lo sabe, pues en su momento fue el principal beneficiario de esta tesis y procura retener y/o aumentar las alcaldías actuales, y para ello despliega todas las estrategias de cooptación, adhesión y sumatoria posibles. La oposición reconoce la maniobra (¡La ha hecho antes!) e intenta desacreditarla desde el discurso de la ética, un discurso que en sus bocas no suena convincente y que deja como única opción una alianza municipal cuyos resultados configurarán (el diablo está en los detalles…) las líneas de negociación de una futura alianza presidencial.
En el PRM hay otras preocupaciones. No es febrero ni la reelección lo que está en juego, sino la candidatura presidencial de 2028. Los cuchillos igual se seguirán usando entre los compañeros -mañas viejas no se olvidan-, pero esta vez la lucha fratricida comenzará el 17 de agosto de 2024… quienes aspiran se aguantan y se preservan, porque en un inusitado gesto de madurez política, casi todos reconocen que el candidato natural es Luis Abinader.
El proyecto reeleccionista mantendrá la unidad del gobierno, pero la configuración de las boletas congresuales y municipales será un reflejo del ordenamiento del poder a lo interno del PRM y servirá de soporte a futuros proyectos presidenciales. El desafío mayor será evitar distracciones que hagan perder de vista la obviedad de una secuencia numérica simple: sin 24 no hay 28.