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“Los Fiscalizadores no tienen quien les escriba”

El coronel no tiene quien le escriba, la novela breve del nobel colombiano Gabriel García Márquez, relata la historia de desamparo y desilusión de un coronel que espera, durante muchos años, la asignación de una pensión a la que tiene derecho, pero que nunca le llega.

Un sentimiento de desilusión parecido, por no decir igual, sentimos los fiscalizadores, miembros del Ministerio Público, que por muchos años hemos sido maltratados, inclusive con violaciones de derechos laborales, porque más del 93% realizamos funciones de Procurador Fiscal sin recibir siquiera la debida remuneración por ello. Peor aún, trabajamos sin las condiciones laborales básicas para lograr los resultados que espera la sociedad de los fiscales. Sin embargo, cada día los fiscalizadores hacemos nuestro mayor esfuerzo para realizar el trabajo apegados a las normas y procurar justicia ante los tribunales.

No obstante a trabajar sin descanso, a no recibir remuneración por las funciones realizadas, mantenemos, como el coronel de García Márquez, la esperanza de que algún día nuestros derechos serán reconocidos, en especial los siguientes:

1.- Disponer de condiciones laborales apropiadas que eviten la ocurrencia de riesgos profesionales en el ejercicio del cargo.

2.- Ser protegidos, al igual que nuestro entorno familiar, frente a amenazas y ataques de cualquier naturaleza, en ocasión del ejercicio de las funciones.

3.- Ser promovidos en la Carrera del Ministerio Público en atención a los méritos, evaluación de desempeño, capacitación y tiempo en el servicio, en función de las necesidades institucionales.

4.- Recibir una remuneración justa y competitiva, como corresponde a todos los actores del sistema de justicia nacional.

Justo es reconocer que la honorable Procuradora General de la República, Miriam Germán Brito, ha encaminado y ha hecho realidad valoradas mejoras salariales a los miembros del Ministerio Público. Por primera vez se produce la justa entrega de bonos anuales y de vacaciones a todos los miembros del Ministerio Público, incluyendo a dependencias como lo son el Sistema Penitenciario y el INACIF.

Pero, tal como el coronel mantenía la esperanza, y muchas veces la resignación, los fiscalizadores nos mantenemos trabajando y en espera de que un día nos escribirán la carta correcta. No como la que quiere imponer algunos miembros del Consejo Superior del Ministerio Público, una carta que parece muy bonita si no la leemos bien, ya que entre sus líneas existe una interpretación muy peculiar de la Dirección de Carrera del Ministerio Público, la cual establece que los fiscalizadores deben ascender por concurso, contradiciendo totalmente a la Ley 133-11, la cual instituye que los miembros del Ministerio Público tienen derecho a ser promovidos en la carrera en atención a los méritos, evaluación de desempeño, capacitación y tiempo en el servicio, en función de las necesidades institucionales.

Interpretamos que se entiende que los fiscalizadores tienen la misma paciencia del coronel, quien a pesar del atropello que plasma dicha novela siempre se mantenía firme frente a las adversidades que le presentaba el destino, guiado por una rebeldía tan sólida como su esperanza y su fe en el ser humano.

Lamentamos aclarar que ya los fiscalizadores no somos tan pacientes como el coronel y, amparados en la Constitución, haremos valer nuestros derechos en un proceso en el que primero estamos dispuestos a sentarnos en la mesa del diálogo, pero con la firmeza de que nos mantendremos unidos, defendiendo nuestros derechos y la carrera del Ministerio Público para que la carta que tanto esperamos llegue tal cual como establece la ley, ni más ni menos.

Más de 310 fiscalizadores estamos de manera grupal e individual en el proceso de análisis y observaciones a la propuesta presentada por la Dirección de Carrera del Ministerio Público de los reglamentos (cartas) de escalafón y ascenso para cumplir lo solicitado por la responsable de dicha dirección.

Mientras continuamos la lucha de hacer cumplir con lo establecido en la ley, es pertinente aclarar que no es que no queremos concurso, por lo que luchamos es porque se haga lo que dice la ley sin interpretaciones erróneas, recordando que cuando existen diferentes criterios en la interpretación de la ley, siempre se tomará en cuenta el criterio que favorezca al titular del derecho.

Los fiscalizadores mantendremos la dignidad, la esperanza y la resistencia que trasciende cualquier temporalidad, haciendo por nosotros mismo lo que hacemos por la sociedad que entre otras funciones es garantizar los derechos que asisten a los ciudadanos.

Finalmente, estamos seguros de que la magistrada Germán Brito, siempre apegada a su prédica de tratar de ser justa y garante de derechos, nos apoyará para que la tan esperada carta de los fiscalizadores llegue apegada al cumplimiento de garantías y derechos adquiridos, pero sobre todo que en ella se mantenga el respeto a la ley y a la Carrera del Ministerio Público.

La autora es fiscalizadora de Puerto Plata

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