Más allá de la frontera.
Los últimos incidentes en la frontera con Haití, obligan a mirar con cautela, sentimiento patrio y preocupación a los militares que exponen su vida en esa zona. Es urgente revisar los métodos de protección en esa franja y los mecanismos para garantizar la entrada y salida de ciudadanos y vehículos, para evitar que sigan las fricciones y las amenazas. No bastan las simples puertas encadenadas y bajo candado.
Así como se ha anunciado la adquisición de drones, modernas armas, renovados vehículos, se debe también modernizar las puertas de entrada.
El último incidente, que obligó a militares dominicanos emplear una RETROPALA para quitar del medio dos camiones haitianos que bloqueaban el paso por la puerta ubicada en Malpase, Jimani, es una alerta. Eso nos induce a clamar por nuevos mecanismos de control en esa y las demás entradas “normales” de la frontera.
Se tiene que buscar, de urgencia, fórmulas que eviten o reduzcan al mínimo el roce humano, el contacto obligatorio entre los militares y funcionarios dominicanos, con los choferes, comerciantes y viajeros haitianos. Sugiero que se busquen fórmulas para la instalación de puertas manejadas de forma electrónica, dotadas de mecanismos para que sean manejadas con solo accionar un botón. O en su defecto cadenas tiradas por tanquetas militares a la hora de algún incidente.
Lo cierto es que lo que vimos esta semana en la zona de Jimaní nos puso a pensar en la búsqueda de fórmulas que eviten fricciones futuras en la frontera.
Están frescos los roces entre dominicanos y haitianos por Pedernales, Elías Piña y Dajabón; en este último lugar los haitianos soldaron la puerta del lado haitiano. Nuestras autoridades tienen que mirar la frontera con visión más patriótica. Protegerla y modernizarla de verdad, no solo en la prensa, ser conscientes de que allí: COMIENZA Y TERMINA LA PATRIA .