Al tercer día
“Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres, y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera”, Mateo 17:22-23.
Siempre que Jesúa anunció su muerte, expresó su resurrección. La muerte expiatoria comprendía la contundente victoria de su retorno a la vida.
Jesús derramó su sangre para limpiarnos de pecado. Satanás hizo de esa muerte un espectáculo, mas resultó −al tercer día– en una herida en su cabeza.
La resurrección patentizó el gran mensaje de la cruz. Ahora somos libres del pecado y aceptos por Dios. Esa es la bella historia. Jesús pagó el precio.