Corazón de Dios
Cuando hablamos del corazón de Dios nos estamos refiriendo a su amor, a ese amor inmenso e infinito que lo define en su esencia. El amor de Dios permanece siempre, es eterno. Él nos ama porque sí, su amor es un misterio, y de ese misterio participamos nosotros en nuestra capacidad de recibir y dar amor.
Es ese amor del corazón de Dios el que lo lleva a entregarse por nosotros, y la cruz, el Viernes Santo, veremos a este corazón traspasado de amor. Es este corazón el que hace que Dios se muestre cercano a nosotros día a día, haciendo que la misericordia sea el modo por excelencia que Él tiene para entablar relaciones con nosotros. Ustedes y yo estamos llamados a emular este amor, siendo también corazón de Dios que late en el mundo procurando la vida y el bienestar de los demás.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.