El verbo trajo la primavera

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Mons. Ramón Benito De La Rosa Y CarpioSanto Domingo

El poder que tiene el verbo, la palabra, es innegable.

Por medio de la palabra construimos o destruimos.

Juan nos dice que desde el principio existía la palabra y que por la palabra se hizo todo, y sin ella no se hace nada.

La grandeza de la palabra la vemos cifrada cuando a Jesús se le identifica y se le define como la “Palabra eterna del Padre”.

Y esta palabra se hizo carne, trayéndonos la verdadera y eterna primavera de la que todos gozamos por su salvación.

Cuando acogemos esta palabra en nuestras vidas, entonces nuestra vida cambia, la primavera llega y sentimos los efectos que tiene una palabra encarnada, vivida y pronunciada.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

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