Siervos como Él
Una de las características que definen a Jesús es que fue un gran servidor. Él va a decir que no vino al mundo para que le sirvan, sino para servir. Su servicio de entrega a Dios y a los demás pasó, incluso, por la entrega ignominiosa de la cruz, en la que Él aparece como el siervo sufriente de Dios en favor de toda una humanidad necesitada de este amor generoso.
Tanto para quienes creemos en Jesús como Dios, como para los que sólo le reconocen como un personaje destacadísimo de la historia, el ejemplo que se hace llamado es claro: hacernos siervos de los demás.
Parecería que ser servidor humilla, aplasta, pero Jesús, exaltado hoy, incluso por la gloria del Padre, nos muestra que solo haciéndonos servidores de los demás es que podremos trascender verdaderamente, no solo en la historia, sino, incluso, hacia la eternidad.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.