Hombre vs. macho
El hombre, el verdadero hombre, aprecia la belleza femenina en todo su valor. La mujer es para él un todo compuesto de espíritu, alma y cuerpo, y su belleza, la armonía y el equilibrio del ser entero. Por eso encuentra un puro placer en mirar a la mujer a la cara y a los ojos, convencido de que el ser completo se revela en la expresión del rostro y la mirada.
El macho, en cambio, no aprecia el valor de la mujer como persona. Le pone precio, contempla y calcula el cuerpo del cuello para abajo. Le basta recibir de la fémina tan solo el fulgor de una mirada, un contacto, su proximidad, y se despierta al punto el instinto sexual.
En definitiva, ¿qué aprecia el auténtico hombre en la mujer? Pues tiene en cuenta la dignidad del ser humano, la persona, la compañera, que es ella, a quien respeta y valora, dándole honor –según 1 Pedro 3:7- “como a vaso más frágil, como a coheredera de la gracia de la vida”.