Opinión

Pidiendo demasiado en 27-F

Pidiendo demasiado en 27-FSanto Domingo

Como ayer fue 27 de Febrero, hoy es un buen día para hablar de soberanía e independencia. Y es que a todas luces -o incluso con apagones- y a partir de hechos, anécdotas y empíricas evidencias, es una verdad incuestionable que el patriotismo o patrioterismo de muchos es selectivo: Sólo llega hasta el río Masacre.

Por eso es tan lamentable que quien vive en un país bilingüe, coronado de spanglish, se indigne porque en una guagua voladora se hable creole, o en la marcha de ayer en el Congreso, una joven vistiera un pantalón que dejaba ver la bandera del país de sus padres o del suyo, Haití. ¿Tiene límites la capacidad de odiar de algunos?

Todo se agrava porque en la actualidad la alternativa electoral al presidente Luis Abinader es de un patrioterismo a veces inteligente y siempre populista, como es el caso del partido FP eficientemente asesorado por la FNP, o del PLD, cuyo candidato a la presidencia ha presentado atroces credenciales xenófobas; feroz en la palabra, en las formas y los hechos contra todo lo haitiano/negro/pobre.

Menos mal que en su discurso de ayer, el mandatario llamó a las fuerzas del país a un Pacto Nacional para tratar el tema haitiano, cosa que uno venía sugiriendo desde hace meses, aunque, lamentablemente, el inicio de una campaña electoral tan ilegal como desmadrada impedirá llegar a buen puerto la iniciativa presidencial.

Son las reglas no escritas de la Real Politik: En una campaña, la victoria no es importante… porque es lo único que importa. En una campaña donde está en juego la permanencia en el poder, la patria siempre puede esperar. Aunque para acercarse al discurso ultraconservador de los asesores de LFP o del candidato Abel, Luis tendría que revivir La Banda Colorá y enviarla a cazar negritos (dominicanos o haitianos), como en los doce años ella cazaba jóvenes como los del Club Héctor J. Díaz a los que Ramón Leonardo cantó, preguntándole a Balaguer “si conocía a Reyes Andrés/, a Víctor Fernando/, Gerardo, Rubén/ y a Radhamés, muertos aquí/, delante de ti/… por La Banda”.

Ahora que culmina el mes de la patria, bueno sería que en su homenaje aparcáramos nuestros odios en el tramo de la calle Palo Hincado que definen las avenidas Independencia y Bolívar, pero temo que, como en la balada mexicana… “posiblemente estoy pidiendo demasiado”.

Tags relacionados