Curar el alma
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”, Hebreos 12:15.
El resentimiento estorba al que lo padece y contamina al que está cerca. La carta a los Hebreos advierte sobre el peligro de brotar raíz de amargura, cual veneno infectando alma y corazón.
En estos días difíles hay mucha ira, enojo, tristeza y desesperanza. La salud mental está en déficit. Debemos mirar muy bien para sanar el interior de la persona.
Jesús llegó para deshacer esas obras del mal. Él está ahí para curar el alma y dar una vida nueva. Es el médico del alma.