Opinión

El retiro de la ley de trata y las contradicciones que revela

Al disponer el retiro del proyecto de ley sobre Trata de Personas, Explotación y Tráfico Ilícito de Migrantes, ante la polvareda generada luego de que el Listín Diario revelara los alcances de este, el presidente Luis Abinader, parece haber escuchado el clamor de la población, la acción, sin embargo, pone de manifiesto las contradicciones en el seno del Gobierno.

Previo al anuncio presidencial se pronunciaron el presidente de la Fuerza del Pueblo y expresidente de la Republica Leonel Fernández en un acto en Santo Domingo Norte donde pidió al presidente el retiro de la pieza y en su artículo de opinión en las paginas de este medio.

El candidato presidencial del PLD, Abel Martínez, había pedido el sábado en Puerto Plata el retiro de la pieza, que calificó de adefesio jurídico contrario a los intereses del país, y como una estocada a la soberanía nacional.

La decisión del Gobierno se corresponde con la magnitud de la repulsa colectiva ante una iniciativa lesiva al interés nacional, que obligaría al país a asumir la carga de miles de inmigrantes, que ya están en el país y los que pudieran llegar ante la explosiva situación de Haití por ejemplo y acogerse a la sombrilla de esa legislación.

El argumento de que el jefe del Estado no es abogado, no le exime de responsabilidad, ya que la iniciativa parte del Poder Ejecutivo, que para eso tiene una consultoría jurídica, en el mismo Palacio Nacional.

Las contradicciones en el gobierno, se reflejan de forma clara, un día antes de que el vocero presidencial anunciara el retiro del proyecto, el canciller Roberto Álvarez defendía su aprobación en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y con el pretexto de responder al exmandatario sigue dando lata, en lugar de esperar la posición oficial de la administración de la que forma parte.

La actual gestión lleva a cabo la construcción del muro fronterizo, pero antes de llegar al gobierno, el presidente Abinader, Paliza, Sanz Lovatón y Faride Raful se oponían al mismo.

La razón del cambio de postura es muy sencilla, los gobiernos realizan frecuentemente encuestas para conocer el estado de la opinión publica y van ajustando su visión y sus ejecutorias conforme a eso.

No es cosa nueva, en su libro, Despachos desde el cuarto de guerra, Stanley Greemberg, famoso consultor que ha realizado encuesta en el país y que ha sido asesor de Bill Clinton, Nelson Mandela, Tony Blair y Ehud Barack, etc., revela el rol de los encuestadores en la definición de las políticas públicas, con citas periódicas con Clinton y con lo otros presidentes que asesora para discutir los resultados de sus muestreos.

El editorial del Listín de este lunes advierte que La conjura antinacional sigue en pie. Que nadie lo dude.

Las declaraciones del alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados Volker Turk criticando las deportaciones de haitianos, la firma de un acuerdo del Acnur con la PUCMM para promover los derechos de los refugiados, son piezas de ese engranaje que se cierne sobre el país.

Mas allá de la conveniencia electoral, base de la mayoría de las decisiones políticas, en todas partes, aquí, de lo que se trata es de unificar la visión del Gobierno con la de la población, para una sensata defensa de nuestra soberanía ante quienes entienden que nuestro país, debe cargar, sólo, con la solución de la grave crisis de Haití.

El proyecto de ley no solo ha permitido ver en detalle la magnitud de lo que se nos pretende imponer desde fuera, sino también las contradicciones que afloran, hasta en el Gobierno.

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