Repudio al plan de unir a RD con Haití
La actividad política de la oposición se mantiene tibia y se alega que la causa es la gestación de acuerdos para las candidaturas congresuales y municipales porque los aspirantes a cargos se mantienen expectantes y reservan sus recursos hasta que se concreten las alianzas.
También se alega que las condiciones para unir la oposición están maduras incluso que la lucha por la candidatura presidencial podría despejarse sin antagonismo porque el lanzamiento de Abel Martínez este frizado, algo previsible porque en la historia política nacional moderna aunque sean buenos candidatos los primerizos requieren ocho años de exposición de su proyecto presidencial.
Según opiniones, el alcalde Martínez ha realizado un buen trabajo, pero colarse entre Leonel Fernández y Luis Abinader no es fácil porque las encuestas marcan a ambos lideres políticos en empate técnico, además los expertos dicen que lo más importantes no es quien marca delantero sino como marcan las tendencias de los aspirantes.
Sin lugar a duda es Leonel Fernández registró un proceso de crecimiento durante el año pasado y los técnicos auguran mayor ascenso. Dos elementos parecen indicarlo, el primero es que arreció la campaña difamatoria contra el presidente de la Fuerza del Pueblo y que el gobierno está comprando dirigentes políticos de cualquier procedencia. Un gobierno popular con un candidato de alta tasa de respaldo para su reelección no hace juegos sucios.
También se percibe que la FP, como principal fuerza opositora, tiene la responsabilidad de guiar el combate y la entidad encontró su tren de pelea en la movilización de la juventud donde estableció la táctica de mezclar propaganda con agitación para atraer la atención y fortalecer su organización.
Sin embargo, la FP parece estar también sumida en las candidaturas porque ha disminuido su accionar público y se entiende la presión interior ya que son más de 4 mil posiciones que se elegirán a partir de febrero del 2024.
Además, contra el gobierno el ambiente se calentará por la compra de dirigentes y la confección de un proyecto de ley que facilita el sueño imperial de unir la RD y Haití.