Opinión

A Pedernales le llegó su hora

Federico A. Jovine RijoSanto Domingo

La frontera, la gran abandonada; las provincias del sur, las más pobres; sus gentes, las más olvidadas. ¿Por qué?, ¿hasta cuándo? Siempre las mismas preguntas, gobierno tras gobierno, década tras década y, mientras tanto, el centro acaparando todas las inversiones privadas y públicas y las periferias, apenas migajas.

Pensado como una de las grandes apuestas del gobierno de Luis Abinader, el desarrollo de Pedernales será algo histórico… o no será. En efecto, es una decisión política de doble o nada; se trata de construir desde cero un polo turístico en muy poco tiempo. El perfil internacional que a otros destinos nacionales les tomó décadas, en Pedernales pretende lograrse en diez años. Esto solo es posible con una voluntad política comprometida y decidida -al más alto nivel- y con un equipo de gestión activo y proactivo que sea capaz de soñar un sueño y concretarlo en concreto.

El primer palazo del Proyecto Cabo Rojo, el pasado 05 de febrero, viene a ser el disparo de salida de una carrera hacia el desarrollo que no puede detenerse ni un solo día, una carrera con muchos obstáculos (el año electoral, uno de ellos). La construcción de los hoteles Iberostar y Hyatt -con 1,100 habitaciones y una inversión de US 240 millones-, en el cortísimo plazo supondrá una revolución económica a nivel regional. El efecto derrame de todas esas obras hará que surjan nuevos comercios, hoteles, restaurantes, etc., y la directriz gubernamental de que se prioricen las adquisiciones de bienes y servicios a nivel local, hará de Pedernales un foco atractor de migraciones en toda la región Enriquillo, y más allá.

Con las lecciones aprendidas en los otros polos turísticos, la Dirección General de Alianzas Público-Privadas, liderada por el Lic. Sigmund Freund, en tanto promotora del proyecto, ha priorizado que el desarrollo turístico de la región se vertebre en torno a un master plan preconcebido, socializado con los stakeholders, y aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente, que tiene como eje transversal el desarrollo ambiental sostenible y la inclusión social de las comunidades.

Como toda obra pública, está sujeta al escrutinio; el presidente la definió como su legado y pidió a la oposición, al sector ambiental, a los comunitarios, a todos los ciudadanos, que se sumen, ya que cualquier crítica será bienvenida si aporta al objetivo final que se persigue; esto es, el desarrollo de una región que siempre ha sido olvidada, y la mejoría de la calidad de vida de su gente, que es, en definitiva, el recurso más hermoso con que cuenta Pedernales.

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