Los abogados
Felicitamos a los abogados en su día. Que el Señor les conceda ejercer su profesión apegados siempre a la verdad y a todo lo que es justo.
La abogacía es un ministerio, es decir, un servicio. Todo abogado es un servidor, y el que se desvía de esto está olvidando para lo que fue formado.
Abogados, felicidades una vez más.
Que sigan haciendo el trabajo que les corresponden y sientan el orgullo siempre de decir que son buenos abogados, no solamente por su preparación, sino porque hacen lo que es justo y defienden lo que es verdadero.
Porque no se embarcan ni con los narcotraficantes ni con los políticos corruptos.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.