Opinión

Juventud en la política

Margarita CedeñoSanto Domingo

En casi todos los países y latitudes, los jóvenes son los más afectados por el desempleo y, en muchos casos, por el empleo precario. Las crisis económicas suelen ser excesivamente difíciles para la juventud porque retrasa sus posibilidades de realización personal, laboral y familiar. Es común ver como los jóvenes tienen que posponer sus planes, a veces suspenderlos, debido a una situación económica, política o social que cambie el panorama de su país. En muchos casos, terminan forzados a emigrar, buscando mejores oportunidades en otras tierras.

Se discute muy poco sobre las reformas estructurales que requiere la juventud para mejorar su calidad de vida, porque en la mayoría de los espacios de toma de decisión hay poca o nula representación de la juventud y, lamentablemente, los que están no suelen ser tomados muy en serio.

Debemos comprender que las reformas impactan de forma distinta a la juventud. Una reforma tributaria podría cercenar sus deseos de emprender, una reforma al mercado inmobiliario podría condicionar sus capacidades de obtener una vivienda, una reforma a la educación requiere de la perspectiva juvenil para entender mejor los retos que nuestros jóvenes enfrentan en la sociedad de hoy, una reforma laboral debería facilitar la obtención del primer empleo a la juventud. Lo mismo podemos ver en todos los sectores.

Por eso es importante propiciar e impulsar la participación de los jóvenes en la política. Para que en los espacios de toma de decisión se hagan las preguntas correctas y se obtengan respuestas oportunas para la juventud.

Algunas de esas preguntas son: ¿Cómo podemos facilitar el acceso de los jóvenes al mercado laboral? ¿Cómo podemos enfrentar el empleo precario en la juventud dominicana? ¿De qué manera inyectamos capital financiero y humano a los sectores con mayor vocación de futuro en el país? ¿Qué hacer para enfrentar la fuga de talentos y la emigración por falta de oportunidades? ¿Cuáles son los programas complementarios que requiere nuestra juventud para ser más competitiva? ¿Cuáles herramientas necesitan los jóvenes para acceder al mercado inmobiliario y el crédito hipotecario con mayor facilidad? ¿Cuáles son las reformas que podrían facilitar la inclusión social de la juventud, especialmente de aquellos que enfrentan situaciones de vulnerabilidad? ¿Qué hacer para que los jóvenes dispongan de herramientas para acceder a la política y aprovechar las cuotas disponibles?

Esas son algunas de las preguntas que están latentes, pero podemos estar seguros de que hay muchas más que solo los jóvenes nos pueden aportar. Si la sociedad no los escucha, habrá un choque de generaciones en cuanto a la visión que tenemos del futuro del país y de la humanidad. Necesitamos que las voces de los jóvenes se eleven y tengan el espacio que merecen, para moldear juntos un futuro cada vez más novedoso, más de jovenes y cargado de desafíos. Nuestro futuro está en construcción y para algunos filósofos, vivimos la Edad Media de la era posmoderna, por eso, ahora más que nunca, se requiere de un liderazgo visionario, innovador e incluyente.

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