Buena gestión edilicia

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Juan Guiliani CurySanto Domingo

Hay que reconocer que la alcaldesa del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) Carolina Mejía de Garrigó, viene desarrollando un efectivo y eficiente trabajo al frente de la institución edilicia de la capital dominicana. No obstante, hay que admitir que un cargo de elección popular como es el Ayuntamiento del Distrito Nacional siempre está en la mira de la opinión pública, y por eso y otras razones, es una posición donde las opiniones de la gente casi siempre son encontradas en el terreno de los hechos.

Me ha motivado escribir esta columna porque he visto importantes trabajos de aseo, construcción, remodelación y asistencia a los barrios más pobres y vulnerables que viene realizando Carolina, que es como popularmente la gente mejor la conoce. Es una profesional de la economía y desempeñó importantes roles de asesora en el gobierno del expresidente Hipólito Mejía (2000-2004) principalmente en la etapa crucial del advenimiento del Acuerdo de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y los Estados Unidos (en inglés conocido por sus siglas de DR-CAFTA) De ahí en adelante, la alcaldesa se ha adentrado activamente en la política militando en el sector partidario de su mentor político y progenitor el expresidente Mejía.

Fue candidata vicepresidencial para el período 2016-2020. En esta área ha mantenido una distancia prudente de equilibrio entre gobierno y oposición, alejada del sectarismo y la arrogancia, denominador común en muchas de las altas posiciones públicas. Una vez entró a su gestión, hizo posible la iluminación de una de las principales arterias de la ciudad, la avenida Winston Churchill, importante zona comercial que permaneció años sin iluminación, siendo esto una vergüenza para el país y la ciudad de Santo Domingo.

Carolina y su antecesor corrigieron esa incongruencia en este siglo XXI en un país que promueve el turismo y la seguridad de sus ciudadanos. Otras acciones en la carpeta del ADN son, la mil veces esperada remodelación e iluminación del malecón, también olvidado por intervalos por décadas; el rescate del parque Mirador Sur, iniciativa público-privada; el embellecimiento e iluminación de parques públicos y deportivos; la intervención en el sistema de recogida de basura y la colaboración al plan Inter agencial de remozamiento de la zona colonial; Hay que destacar la puntual asistencia del Ayuntamiento a barrios humildes y desprotegidos en situación de emergencia.

Los ayuntamientos perciben un porcentaje del presupuesto público y por tanto operan con recursos limitados. La labor de recomponer junto a otras instituciones públicas y privada para recomponer la liebre de siete cabezas que ya es la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, a una ciudad segura, amigable y humanamente habitable, sigue siendo un reto interinstitucional que requiere además de la voluntad política, la cooperación ciudadana, sin excepción.

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