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Empresarios y arte: el resultado no esperado por un “Chicago Boy”

Alvaro Saieh Bendeck es uno de esos magnates cuasi pasajeros que surgen a las sombras del poder y que desde sus posiciones oficiales de regentes en los gobiernos y banco centrales latinoamericanos pueden llegan a amasar importantes fortunas.

Según Forbes, a mediados del año 2021 su patrimonio ascendía a 1.8 billones de dólares, casi al mismo tiempo que este multimillonario chileno declaraba en quiebra su Gorp Group Banking por una deuda de 1.8 mil millones, después de que su fortuna alcanzara US$3.2 billones.

Es una tragedia personal, conmovedora a todas luces.

En términos contables, había caído en la pobreza pues su patrimonio igualaba sus pasivos acumulados en una estrategia de diversificación en negocios y malas rachas derivadas de coyunturas y ciclos económicos sobre los cuales la experiencia demostró que sabía ni jota pese a su prestigio de doctor en Economía de la Universidad de Chicago, a su labor docente y a sus ascendientes colombianos y palestinos.

Es lo que ocurre a muchos economistas. Opinan de todo, quieren medirlo todo, pero no desarrollan tales habilidades para los negocios. Para números y fórmulas, sí, probablemente. Pero si los emprendedores del mundo esperasen la bendición de los economistas para iniciar y echar a andar sus iniciativas económicas, en el mundo no existirían industrias ni centros de servicios.

Porque a la información fría y pavorosa de los mármoles catafálticos, el emprendedor y hombre de negocios agrega los catalizadores de la vocación propia, el talento y las energías de una entrega y entusiasmo comprometidos con la prudencia que son, en definitiva, verdaderas claves para los éxitos.

El señor Saieh acumuló riqueza y poder bajo la sombrilla del gobierno chileno del fallecido Augusto Pinochet y sus políticas privatizadoras, en medio de las cuales se estableció como un “facilitador”. En 1995 compró (con acción minoritaria retuvo los mandos organizacionales) el Banco Concepción de Chile y posteriormente creó CorpBanca y otros negocios.

En lo personal, y con tal aval, empezó a adquirir participaciones en bancos, bienes y supermercados, para finalmente terminar invirtiendo en artes hasta formar una colección que fue subastada en Christie´s en julio del 2021 cuando sus acreedores habían cesado las concesiones de demoras a sus empréstitos.

Una mala inversión en arte, ¿basada en una mala asesoría?

Los resultados de esa subasta, a la cual hace meses deseábamos referirnos, demuestra algo y lo hace muy ilustrativamente: o el señor Saieh estaba mal asesorado o no se dejaba bien asesorar.

Alrededor del mundo del poder económico surgido de algún momentum político las personalidades pueden verse seducidas por el ego o la adulonería. Se sabe que el mundo económico vinculado al político enfrenta serios riesgos a futuro por varias razones que van desde lo imperecedero del delito contra los gobiernos de los estados consignados en las constituciones hasta los rechazos sociales a las iniciativas comerciales y empresariales surgidas del dinero mal habido y de los corruptos, un tema ante el cual Chile ha demostrados ser una de las economías más sensibles.

El otro riesgo es la calidad de malas personas y truhanes de quienes pueblan ese mundo de cuello blanco, con quienes los más “bendecidos” mantienen lazos y vínculos importantes que pueden llegar hasta a “asesores” y marchand d´art. También entre los representantes locales de casas subastadoras de arte, vendedores de propiedades y de artículos de alto valor y lujo. A veces aparecen personajes tan inescrupulosos entre estos que luego de agenciarse la representación de las marcas en las naciones en vías de desarrollo, se presentan a estas economías y a sus mercados de arte con una cartera de negocios integrada por lo que nadie en el mundo quiere, vendiéndolas como poseedoras de una gran posibilidad de rentabilidad a futuro como lo que valdrá mañana. Otro caso es el de empresarios que consideran que por su dinero pueden imponerle gustos y niveles de precio a las artes, al margen de los mecanismos de su validación. El otro es subestimar el entramado cultural a la hora de realizar las inversiones.

El mercado de arte de alto perfil no funciona así.

Aunque tales conductas puedan estar entre las posibilidades a enfrentar por quienes desean invertir en arte, especialmente si desean que no les ocurra lo que al señor Álvaro Saieh: obtener sólo US$19 millones en la subasta 21540 de Christie´s NY del 09 de junio de 2022 en la que sus propietarios esperaban ingresos entre US$30 y US$50 millones. ¿La causa? Sólo 22 de las 50 obras de arte (pinturas) que integraban la colección y eran ofertadas lograron la atención de los compradores.

Significa que, primeramente, la colección estaba sobrevalorada; quizás como consecuencia del monto y la estimación a como fueron presentadas y vendidas al señor Saieh. O, probablemente y también, por la mala racha que enfrentaba el empresario, lo cual pudo ser visto y aprovechado como factor de oportunidades por los compradores para ofrecer hacia lo básico o a la baja. E, indiscutiblemente, porque el concepto de valor en el arte de los propietarios no estaba completamente sincronizado con el de los mecanismos de validación y los coleccionistas, a todas luces compradores bien instruidos en arte y mejor informados.

En términos promedios, se esperaba que la colección generase US$40 millones; esto es +33.33% que su estimado basal y 80% del máximo. El resultado obtenido el 09 de junio del año 2022 en la subasta de Crhistie´s de Nueva York fue US$19 millones, lo cual representa -36.67% que el valor inferior esperado; -52.5% que el medio y -62% que el máximo.

Las piezas vendidas se inscriben exclusivamente en un período específico de la Historia del Arte: el Renacimiento europeo (italiano, español y anglo italiano) entre las que destacaron tres piezas de: a) Fra Angélico (Fra Giovanni da Viesole; n Roma 1395 - †1445), b) El Grego (Doménickos Theotokópoulos: n Grecia 1541 – †Toledo 1614) y Orazio Gentileschi (n Pisa, 1563 – Londres, 1639).

Estas fueron las tres únicas de cuatro piezas cuyos estimados basales superaban el millón de dólares. Y las únicas tres cuya salida superó el millón ya que —en millones de dólares estadounidenses— fueron vendidas en $4.74, $4.4 y $3.66, respectivamente.

Las estrategias, indispensables en el mercado de arte

Este resultado es un claro indicador de que a la hora de invertir en arte es imprescindible observar el liderazgo cultural de los artistas en los que se invierte y que para proponer arte en tales mercados abiertos y de alto perfil hay que estructurar estrategias de ventas bien elaboradas, lo cual obviamente no acompañó la oferta de la colección formada por el Señor Saieh en el entorno de Christie´s.

Lo de la estrategia es indispensable porque incluso esas tres obras apenas obtuvieron ofertas por encima del estimado de valor basal. La de Fra Angélico —Lote 8, “Santo Domingo y la estigmatización de San Francisco”, s/f, témpera y oro sobre panel, 6.25” x 3.75”— logró US$4.74 millones iguales a +19% que su estimado básico y -21% que el mayor, lo que se reprodujo casi en igual rango en la obra de Gentileschi: obtuvo US$4.44 millones iguales a +10% y -27% respecto a sus estimados mínimo y máximo. Finalmente, la de El Greco, valorada entre US$3 y US$5 millones, salió en US$3.66 millones logrando mejor desempeño respecto a su apreciación basal en +22%, quedando en -27% respecto a su cotización más alta.

Las únicas piezas que lograron superar el estimado más alto corresponden a los autores Bernardo Daddi (activo en Florencia, circa 1318-1348), 46%; Lippo Di Benivieni (activo en Florencia circa 1296-1320): 34%. Entre estas es necesario notar que se trató de piezas con estimados superiores iguales o inferiores al medio millón de dólares. En general, las demás piezas lograron venderse a precios my próximos a sus estimados basales, en tanto una (un “Noli me tangere” de Alessandro Allori, Florencia: n 1535-†1607) no alcanzó el precio de su estimado inferior.

Hay, por tanto, varios factores que deben observar los coleccionistas a la hora de invertir en arte y el primero de ello es la credibilidad, entereza ética y profesionalidad de sus asesores y suplidores de arte. Es algo a considerar con mucha seriedad pues finalmente serán ellos quienes estarán en permanente riesgo de perder prestigio, crédito profesional y dinero.

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