La oración de Jesús
“Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son”, Juan 17:9
La oración más extensa de Jesús la dedicó básicamente a sus discípulos y a los que creerían por la palabra de ellos.
Esa misma intercesión mantiene Jesús a la diestra de Dios. Con el fin de santificarnos y purificarnos en la verdad.
Con el propósito de que seamos guardados del mal y del maligno.
Para así permanecer en la unidad hasta alcanzar la plenitud de su gloria.
Una oración que sustenta al creyente en un mundo caído.
Un ruego de esperanza.