Opinión

Zonas Económicas Especiales

Juan Guiliani CurySanto Domingo

Decíamos en nuestra entrega anterior que podemos atraer inversiones sin perjudicar a la economía haitiana, que también sería igual de beneficiada de los flujos comerciales en el entorno fronterizo. ¿Porque no impulsar una corriente de turistas haitianos que desean visitar la parte oriental de nuestra isla Hispaniola, me explicaba un líder fronterizo del partido oficial? Hemos abogados porque el gobierno dominicano y el haitiano fomenten las llamadas “Zonas Económicas Especiales Estratégicas” que impulsaría la generación de miles de empleos, exportación y, sobre todo, el surgimiento de un escenario de mejoramiento de las condiciones de vida y desarrollo humano en nuestra zona colindante con Haití.

La voluntad política y el afinamiento del marco jurídico serían algo que faltaría. Ya hubo un intento de una iniciativa privada dominico-haitiana en la prepandemia para fomentar una zona fronteriza de desarrollo industrial, energética, agrícola, y desarrollo sustentable, ésta se detuvo presumimos- por falta de apoyo institucional. Revisemos entonces el tema de las visas de negocio con Haití flexibilizando las trabas a ese comercio binacional.

Convirtamos la frontera en fuente de empleos y oportunidades. Ya está probado la vocación de la frontera de ser un área desarrollo de zonas de exportación y producción agrícola de primera calidad.

Frutas como el aguacate, mango, vegetales orientales tenderían a ser fuentes importantes de producción y generación de divisas El Gobierno en Alianza Público Privada (APP) ya inició una ofensiva de desarrollo integral fronterizo con la iniciativa de Pedernales. La inmigración irregular se aminoraría con creces debido a las oportunidades de empleos que se crearían atrayendo inversión nacional y foránea que estimulen líneas de exportación hacia los mercados industriales como Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental y Central, Nórdicos y Bálticos, Rusia, China, Vietnam, el Medio Oriente y el Sudeste Asiático.

Podemos al mismo tiempo, estimular inversiones regionales con Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia, Uruguay, países que aún no tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, instándolos a establecer empresas de exportación para colocar sus productos al mercado de consumidores más grande mundo por la ausencia de esos acuerdos comerciales y la distancia geográfica, entre otros componentes geopolíticos. Las llamadas Zonas Económicas Especiales Estratégicas, serían ejemplos de desarrollo fronterizo y muro de contención de inmigrantes ilegales. “Hay otras perspectivas que podemos abordar con Haití que no sean solo los aspectos militares, de seguridad o nacionalismo,” me confesaba un diplomático con larga experiencia en asuntos multilaterales y fronterizos.

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