Opinión

Los chinos

El que recorre algunas avenidas comerciales de Santo Domingo, puede perfectamente pensar que está en Pekín o en cualquier otra ciudad de la República Popular China.

Y no es un fenómeno propio de Santo Domingo. Otras ciudades del interior también se han “achinado”.

Antes, los chinos que residían en el país, salvo los chinos de Bonao, solo eran chef de restaurantes propios, vendedores de “pica Pollo” o propietario de uno que otro supermercado pequeño que eran atendidos por ellos mismos.

Ahora, además de esos chinos, también tenemos una migración que se la está “poniendo en china” a muchos comerciantes dominicanos que operan con todas las de la ley en el área de ferretera y electrónica con algunas características muy peculiares que mucha gente empieza a cuestionar. En estos establecimientos la mayoría de los empleados son haitianos, lo cual no es un pecado siempre que éstos estén residiendo en el país de manera legal.

Pagan altísimos alquileres y venden sus mercancías a precios exageradamente bajos y eso también despierta suspicacia.

No sé si existe algún acuerdo entre nuestro país y esa nación de Asia Oriental que le ofrece algunos privilegios impositivos a esos comerciantes asiáticos, pero según lo que he escuchado en torno a su política de precios, parece que la misma está originando una competencia desigual, inicua, para la mayoría de los comercios de la categoría.

Nuestro país debe ser espléndido con toda inversión extranjera que produzca riqueza, cree empleos y pague impuestos, pero también debe procurar no establecer privilegios que lesionen a unos y beneficien a otros en términos impositivos.

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