Opinión

La carta

Definitivamente que la misiva enviada la víspera por la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, a sus adjuntos en donde les insta a reflexionar sobre sus pronunciamientos y comportamiento contra el Poder Judicial y muy específicamente a los jueces, no tiene desperdicio. Y es que la magistrada Germán, avalada no solo por su condición de jurisconsulta y maestra de generaciones de abogados, sino también por haber sido una experimentada jueza y ahora fiscal, derrocha en su carta sensatez y enjundia, al tiempo de hacer una serie de advertencias muy puntuales en beneficio del sistema judicial.

Tanto en la Constitución de la República como en el Código Procesal Penal los miembros del Ministerio Público (MP), (fiscalizadores, fiscales o procuradores) y los jueces, sean de paz, de primera instancia, de apelación, de ejecución o supremos, tienen roles definidos y diferenciados que son claves para el correcto funcionamiento del sistema penal.

De ahí la importancia de las recomendaciones de la procuradora para que la mesura y el respeto se impongan entre la relaciones de los integrantes del MP con los miembros de la jurisdicción de juicio, usando los recursos y las vías técnicas del debido proceso para manejar sus diferendos. Todo esto a los fines de evitar un peligroso choque de trenes que a ritmo de altisonancias y descalificaciones, afecte la necesaria credibilidad de los casos en curso. Sin embargo, vale destacar que, si no hubiese sido por la decisión del presidente Luis Abinader de designar a una jefa del MP independiente al poder político, una postura tan valiente y responsable como la de doña Miriam difícilmente se hubiera visto.

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