Opinión

ArtMiami 2022, oportunidad para que conecten los artistas y las galerías

No siempre se tiene la ocasión de lograr, casi de un plumazo, una perspectiva quizás estadísticamente representativa del estado de situación de las artes desde, al menos, del ojo de las galerías de arte internacionales más acreditadas: esas que lo son porque tienen a —o van detrás de— los clientes que deciden las vías extasiadas por las cuales transitará el mercado artístico inmediato.

Esa ocasión la tendrán los amantes del arte del país y el mundo con la celebración, del 29 de noviembre al 5 de diciembre del 2022, de la Semana de Arte de Miami (Miami Art Week). Este año acoge nuevamente cuatro ferias de arte, confirmando que las restricciones por la Covid-19 han sido superadas.

Es tiempo de enfocarnos en una de ellas: la Art Miami 2022. El pasado 20 de septiembre impresionó al mercado de arte mundial al afirmar que más de 155 galerías de arte procedentes de todo el mundo, participarán de esta actividad luego que la mayoría de este tipo de eventos fue clausurado o suspendido a causa de la pandemia mundial.

La noticia del retorno de la Art Miami estimula de inmediato el mercado artístico y deja una estela de positivo optimismo sobre un mercado que, contra todo pronóstico, ha estado creciendo muy por encima que todas las industrias y que durante la crisis pandémica (2019-20) mostró uno de los más resistentes rasgos de resiliencia, según los reportes de marzo del 2021 y septiembre 2022 publicados por ArtBase y el UBS, ambos de Suiza.

Es previsible que los gestores de las agendas de este mercado de las artes plásticas y visuales aprovecharán la ocasión para asistir, termómetro y estetoscopio en manos, y calibrar los grados de novedad, calidad y dimensiones simbólicas de los cientos de obras y propuestas que se presentarán en Art Miami, y las miles que podrán ser apreciadas en el perímetro de Miami Beach durante la Miami Art Week cuando concurrirán tres ferias de arte más.

La Art Miami posee una depurada tradición. Y ejerce grande y renovadora influencia sobre la creatividad y visibilidad de destacados artistas y propuestas.

En la República Dominicana, a principios de los ´90s, empezó a generarse una corriente de cuerpos pintados una vez que quien suscribe, habiendo asistido a ella, publicara un amplio reportaje sobre la instalación de una artista estadounidense que había intervenido pictóricamente más de una docena de maniquíes.

Con los vínculos y facilidades de comunicación y trasiego existentes entre nuestro país y los Estados Unidos, incluyendo un TLC para intercambiar bienes con cargas impositivas reducidas o nulas, las oportunidades a favor del negocio cultural desprendibles de la Art Miami son irrepetibles. A esta asiste gente cuya capacidad de consumo está muy por encima de la media estadounidense. Para los artistas, es un jardín sembrado de galerías, marchan d´art, curadores y directores de museos, gerentes de instituciones culturales y negocios privados, de “representatives” y amantes del arte. Ellos recorrerán, durante esas noches, esas tardes y esos días los pasillos y pabellones donde los discursos de las artes serán los protagonistas.

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