¿Por qué las reducciones jesuitas han interesado tanto?
Manuel González Revuelta avanzó tres respuestas: las reducciones jesuitas entre los guaraníes han sido atractivas históricamente, porque ellas representan una lucha por la libertad; se trata de “la epopeya de la formación de un pueblo amenazado por grandes tribulaciones” y finalmente, en ellas encontramos una “admirable organización cultural y económica” (2006: 126).
Resulta sorprendente que los guaraníes hayan logrado vencer a los bandeirantes y sus “razzias” para esclavizarlos. Para ello realizaron éxodos de miles de indios y aprendieron a defenderse empleando tácticas militares y armas de fuego.
Para hablar de la organización cultural y económica, le damos la palabra al obispo benedictino, Cristóbal de Aresti, quien visitó las reducciones en 1631: “Todos los días los ocupan en instruirlos en los misterios de nuestra santa fe, doctrina cristiana y todo género de virtud, teniendo distribuidas todas las horas del día para decir la doctrina cristiana, rezar el rosario y aun tomar algunas disciplinas, enseñar [a] los niños a leer y escribir y todo género de música de canto llano, órgano, chirimías y violines, con que se sirven los templos con mucha devoción, autoridad y reverencia, y a los grandes oficios en que se ocupan, y a labrar las tierras como manda Su Majestad”. Lo más alentador es que “no ha hallado en ninguna de las reducciones cosas ni pecado que remediar” (Diccionario Histórico, S.J., 2001).
Las reducciones eran una crítica al sistema de encomiendas que exigía el servicio personal por parte de los indios. Las reducciones mostraban la capacidad de los indios para vivir en sociedad, pregunta que ya hicieron los Jerónimos en sus interrogatorios del 1517 en La Española.
“A pesar de sus fallos, la obra realizada en las reducciones vista en conjunto, tenía algo de utopía lograda, y por eso su sacrificio final fue visto con la nostalgia de un paraíso perdido. La gran empresa de los jesuitas en Paraguay consistió en haber creado un espacio de libertad para unos pueblos indígenas que fueron ganados para la civilización y el cristianismo sin menoscabo de su propia identidad” (MGR, 2006: 143).
En ocasiones, las autoridades españolas emplearon guaraníes para reprimir rebeliones de colonos hispanos. No faltaría quien sembrara la duda en la mente de Carlos III: ¿no estarán tramando los jesuitas la creación de una república independiente? El tratado de límites con Portugal (1750) prendería la mecha.