Heridas que sanan y esperan recompensa
El mundo que nos ha tocado vivir ya tiene demasiadas heridas como para que dejemos que el mal siga adelante, por esto, con la confianza puesta en Dios, con el apoyo de personas honradas y osadas, será posible denunciar cualquier manipulación del mal que es el modus operandi de aquellos malvados que se visten de piel de oveja.
Nuestro propósito en la vida, debe ser, entre otros, promover un mundo que sea abierto auténticamente al bien y la justicia que tanto deseamos, cuando lo hagamos, el futuro de los perversos acabará, y se convertirá en una esperanza para los justos que sufren, como dice el salmo 37: “No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán”; sin duda los malvados serán exterminados y los que esperan en el Señor heredarán la tierra.
Así, para el hombre de paz, ser coherente tiene que ver con la justicia, por esto, la justicia va de la mano con la paz, pues si se hace lo correcto y si se es justo con el prójimo, habrá paz, porque la paz se busca en la justicia con la coherencia de vida.
Solo el camino del bien conduce a la conversión que es contrario a la perversión, y si nuestra alma está constantemente convirtiéndose a Dios, aun con todos los defectos y problemas que tenemos, encontrará al Señor, quien siempre estará dispuesto a darnos la mano y la posibilidad de regresar a Él.