Pobre pero limpio
Existe un decir, un refrán en nuestros países que dice: “soy pobre, pero limpio”.
Para estar limpios, para estar como gente decente, la pobreza no es una justificación.
Por eso mucha gente dice: “soy pobre, pero limpio” y lo dice no solamente corporalmente, sino también lo dice espiritualmente.
Soy pobre pero honrado, limpio de corazón, limpio de su conducta, limpio en todos sus quehaceres.
La pobreza nunca es justificación para ensuciarse ni físicamente, ni psicológicamente, ni espiritualmente en la conducta.
Volvemos a repetir: -pobre sí, pero limpio, también.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.