Independencia y traición

El proyecto independentista de Juan Pablo Duarte se vio motivado por la fuerza de la fe y la voluntad patriótica, encarnada principalmente en la juventud de su época. Su mensaje, expresión de sublimidad, corona su proyecto de nación consagrado en su Juramento Trinitario, de símbolos imperecederos recogidos en tres palabras: Dios, Patria y Libertad. El amor a su tierra, a su gente y a la nacionalidad dominicana, fue su inspiración en su sentimiento de libertad, sacrificio batallador para romper el yugo opresor contra la tierra que lo vio nacer. Entendemos que no todos reunimos esa condición patriótica y que quieran solventar sus vidas en el proteccionismo de los intereses foráneos, al no sentirse apegados, en este caso, renegados de la identidad que otros nos ofrendaron cargados de patriotismo, que en definitiva no heredaron en su genética traidora. La inspiración poética de nuestro fundador: “Cantad sirenas, cantad, cantad un canto por mí, que anuncie la libertad al suelo donde nací”. Los traidores no sienten el apego a nuestro origen porque no todos pueden sentir la libertad dignificante, pero en ellos sí la subordinación remunerada. No aceptaremos que los representantes de intereses foráneos recluten los sueños cual usureros de oportunidades. Nuestra nación se concibió en el sacrificio de muchos dominicanos que sacrificaron sus vidas por su identidad, sustentada en un ordenamiento institucional consagrado en la Constitución de la República Dominicana.

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