Lidia León y sus maravillas insólitas…

(Fragmentos de una presentación en Roma)

El Instituto Italo Latinoamericano y la Embajada Dominicana en Italia, en colaboración con la Fundación LiLeon, presentaron el libro “Te veo, me veo”. Estas fueron mis palabras de asombro ante tanta belleza:

“Cómo asomarnos a la vida bajo un prisma de contemplación, sin indagar en el caleidoscopio, bajo un ritual gris, los múltiples bosquejos del arte, el constructo bipolar del pensamiento abstracto, allí donde la obra del artista es una miscelánea de contextos, figuraciones, planos, revelaciones donde la ciencia y la creatividad roturan espacios y maravillas insólitas. Es en ese marco donde nos encontramos con la artista Lidia León, en Roma, esta vez en el Instituto Italo Latinoamericano. Esta artista entrelaza en el momento más alto de creatividad, las categorías de la contemplación en una cita de entornos, en una diversidad donde el cuerpo asoma simbólico en el arte contemporáneo, como una delgada línea sugerida en los territorios de lo sagrado para enlazar lo trascendente del silencio como fuerza interior en una constante abierta, flujo libérrimo de representaciones pictóricas.”

“Sin pasión no hay eternidad, supurando la vida como una persistencia de formas, imágenes volitivas, abstraídas en el fulgor donde se cobija el prodigio solemne de la luz, esa maravilla del paisaje, los olores y colores que enlazan todos los estados de ánimo del rostro, ese vigía de la emociones siempre en transición facial hacia lo perpetuo cambiante, inatrapable, apenas sugerido como recurso lúdico en transición”. “Lidia León toca los misterios, las leyendas, la Isla de Pascua, la naturaleza y el hombre, el árbol, planta mágica, sus múltiples imbricaciones, sus observaciones son esenciales, refiriéndose a las mudanza del tiempo como esquema de modificaciones e incidencias. Con sus propias palabras, en ese código de la lengua que narra la reproducción en su imago. Ante de nacer nos recuerda que venimos del enlace entre energía femenina refrendada por el pozo de luz, piedras y espejos… y la energía masculina simbolizada con el elemento vertical, erguido….” Todo un espectro de magia circular reproductiva. Por ello su ámbito, el de la artista es infinito cuando identifica el Mandala, tótem sagrado milenario cuyo círculo da apertura a la vida. Los textos explicativos y críticos que van diseñando el proceso expresivo del arte de Lidia de León, pertenecen a Roberta Semeraro. Sus anotaciones bordean todo el proceso creativo y les dan seguimiento de línea cultural histórica a su producción, refiriendo los moldes creativos que son citados.”

“Hay una definición que es necesario consagrar, que la misma Lidia León ofrece, “La instalación ADN- Arte de Nacer surge de la necesidad de honrar el milagro de la vida, esa magia que ocurre en el momento de concepción, cuando el esperma del hombre penetra el ovulo de la mujer. ADN revela el código del orden cósmico que sirve de puente entre el arte y la ciencia, entre lo espiritual y lo terrenal”

“Lidia sintetiza en esta frase la viabilidad de su horizonte metafísico y objetivamente material, una simbiosis contradictoria que ella desborda y supera atreviéndose, a tomar el arte como herramienta y como lanza, no para fundar una escolástica, sino para descubrir la interconexión entre ciencia, naturaleza y espiritualidad, develando el enlace entre lo intangible y lo visible, proyectando su arte creador e innovador, atreviéndose a ser diferente, incisiva y creadora...”

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